Este jueves, Victoria Villarruel celebró el acompañamiento mayoritario a sus dictámenes que, al haber realizado reformas con respecto a la redacción original, deberá volver a votarse en la Cámara de Diputados. Allí existen dos opciones: acompañar los proyectos tal como los reciben desde la Cámara Alta o construir una mayoría especial para sancionar la ley tal como lo habían hecho en ese recinto en abril pasado.
La vicepresidenta agradeció al “grupo de trabajo del Senado que incluso de madrugada han trabajado y aportado su esfuerzo para que el Presidente Javier Milei tenga las leyes que envió”. En su texto explicita cómo fue la negociación del segundo dictamen que consiguió el Gobierno: el del paquete de alivio fiscal, que apenas se debatió durante media hora en el plenario de comisiones del miércoles pero que terminó de tomar forma en los despachos paralelos para garantizarse la totalidad de firmas para el mediodía del jueves.
Entre las rúbricas, existe un amplio porcentaje de acompañamientos en disidencia que incluyen senadoras del PRO (Tagliaferri, Terenzi, Cristina), el bloque de la UCR -con la única excepción de Martín Lousteau, que no acompañó el dictamen oficialista- y aquellos legisladores de espacios provincialistas (Silva, Kueider, Espínola, Arce, Vigo, Rojas Decut, Crexell). Se presume que en el recinto aprobarán la ley en general, pero rechazarán algunos artículos: este último gesto será el que termine de definir qué proyecto es el que vuelve a la Cámara de Diputados.
En ese sentido, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones es uno de los títulos apuntados a sufrir modificaciones. La lista de empresas públicas susceptibles a ser privatizadas se achicaría (existe expectativa porque se quite a Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y los medios de comunicación estatales).
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