El Gobierno de Uruguay confirmó que avanza en un acuerdo comercial con China por fuera de Mercosur, lo que aumentaría la tensión de los últimos meses con los países que integran el ente sudamericano.
El presidente, Luis Lacalle Pou, citó a representantes de todos los partidos políticos con representación parlamentaria para informarles de los detalles de las negociaciones.
El mandatario recibió en Casa de Gobierno a los líderes de cada facción que tiene una banca en el poder legislativo. Se trata de: Pablo Iturralde (Partido Nacional), Julio María Sanguinetti (Partido Colorado), Pablo Mieres (Partido Independiente), Guido Manini Ríos (Cabildo Abierto), María José Rodríguez (coordinadora del Frente Amplio), Daniel Peña (Partido de la Gente) y César Vega (Partido Ecologista Radical Intransigente).
En un comunicado de presidencia, expresaron que Lacalle Pou “convocó este encuentro para brindar información relevante sobre los últimos avances en materia de acuerdos comerciales con terceros países, en particular, con la República Popular China”.
“El presidente y el gobierno nacional han manifestado en diferentes instancias la vocación aperturista de Uruguay y la necesidad de concretar acuerdos comerciales con el propósito de generar oportunidades de progreso para el país”, continúa el anuncio. “El mundo va hacia allá, Uruguay va hacia allá, ojalá vayamos todos juntos”, concluye el mensaje.
Las discusiones y entredichos en el Mercosur se acrecentaron en los últimos meses. En Argentina no ven con buenos ojos la intención de Uruguay de negociar por afuera.
En marzo, Lacalle Pou y Alberto Fernández tuvieron un fuerte cruce y el mes pasado se reunieron para acercar posiciones. Tras esa charla, el presidente argentino le expresó a su par “la comprensión de parte de Argentina de las necesidades de Uruguay”.
Más allá de ese avance, la relación entre los países sudamericanos no pasa su mejor momento. A esta postura de Uruguay, se suma la de Brasil de intentar rebajar el arancel externo común.
Tanto Uruguay como Brasil defienden una flexibilización del bloque que les permita a las naciones negociar acuerdos de libre comercio con terceros países de forma individual, algo a lo que Argentina se opone.
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