Krystsina Tsimanouskaya, corredora bielorrusa de 24 años, dejó Japón y se dirigirá rumbo a Polonia luego de recibir asilo político de parte del primer ministro Mateusz Morawiecki. La mujer fue vista saliendo de un vehículo y entrando al aeropuerto de Narita, donde dijo que su equipo intentó forzarla a volver a su país luego de que criticó a sus entrenadores.
Por este motivo, Varsovia le ofreció la visa humanitaria. La joven aseguró que temía por su vida si regresaba a Bielorrusia, donde se vive represión contra los disidentes, tras las cuestionadas elecciones del año pasado que dejaron el poder en manos de Alexander Lukashenko, quien está en el mando desde 1994.
Tsimanouskaya fue una de las más de 2.000 figuras del deporte de ese país que firmaron una carta abierta pidiendo nuevas elecciones y la liberación de los presos políticos. En tanto, su esposo huyó a Ucrania para luego reunirse en Polonia, un país crítico del régimen.
Este martes el mandatario polaco conversó con la corredora, a quien calificó de “valiente” y destacó que “actualmente está siendo cuidada y a salvo”.
El Comité Olímpico de Bielorrusia anunció el pasado 1 de agosto que Tsimanouskaya se retiraba de los Juegos de Tokio “debido a su estado psicológico”. La noticia llegó después de que la velocista, que tenía previsto participar en las pruebas de 100 y 200 metros lisos, criticara en las redes sociales a los responsables de la selección bielorrusa y al propio comité, que se encuentra encabezado por Viktor Lukashenko, hijo del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.
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