El hijo de un contador involucrado en la validación de actividades comerciales para las empresas de Esteban Alvarado, uno de los principales criminales narco de Rosario, trabajó desde 2017 hasta el mes pasado en el juzgado federal Nº 4 de Rosario, bajo la supervisión del juez Marcelo Bailaque.
Actualmente el magistrado enfrenta un procedimiento disciplinario en el Consejo de la Magistratura de la Nación, acusado de obstaculizar una investigación contra Alvarado.
En 2013, el juez Bailaque rechazó una solicitud de intervenciones telefónicas dirigidas al grupo de Alvarado, solicitada por fiscales federales que ya asociaban al grupo con el tráfico de drogas. Además, hay rumores de que el contador, Gabriel Mizzau, manejaba las finanzas personales del juez. El hijo de Mizzau, Sebastián, es quien trabajaba en el juzgado.
Sebastián Mizzau, hijo de Gabriel Mizzau, ingresó en 2017 al juzgado federal de Marcelo Bailaque sin necesidad de concurso, favorecido por la relación de amistad entre su padre y el juez. Trabajó allí hasta el mes pasado, cuando fue promovido al Tribunal Federal Oral 3 de Rosario.
Aunque ni Gabriel Mizzau ni su hijo han sido acusados de irregularidades, el vínculo familiar y laboral ha generado controversia en los círculos judiciales de Rosario, especialmente dado el sumario disciplinario que enfrenta Bailaque.
En 2022, Alvarado fue condenado a 15 años de prisión por narcotráfico en Rosario. Bailaque, en su defensa ante el Consejo de la Magistratura, subrayó que fue él quien procesó a Alvarado y llevó el caso a juicio. No obstante, el nexo de Alvarado con un cargamento de drogas fue revelado durante una investigación paralela en la Justicia de Santa Fe por el asesinato del prestamista Lucio Maldonado, donde salieron a la luz las empresas de Alvarado.
Bailaque defendió su actuación, afirmando que aprobó la mayoría de las medidas solicitadas en 2013, salvo cuando carecían de fundamento adecuado. Sostuvo que los fiscales no apelaron sus decisiones.
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