El informe analiza exhaustivamente la incidencia de la pobreza en diversos sectores de la población y destaca una realidad sorprendente de los últimos años: el aumento de la pobreza entre trabajadores en relación de dependencia formal, y no solo entre aquellos en empleos informales o precarios, como se solía pensar. En particular, en el grupo de asalariados formales, se observa una tendencia creciente en la pobreza, especialmente en sectores como comercio, construcción, industria manufacturera y servicios de alojamiento y gastronomía.El estudio también clasifica a los trabajadores según su carga horaria en tres grupos: ocupados plenos, sobreocupados y subocupados. En el caso de los subocupados, es decir, aquellos que trabajan menos horas de las necesarias o deseadas, se observa un notable incremento de la pobreza, que pasó del 40,9% en 2016 al 67,1% en 2024. Esto refleja su alta vulnerabilidad, ya que suelen enfrentar ingresos bajos e insuficientes, característicos de este tipo de empleo.Sin embargo, la pobreza también aumentó de manera significativa entre los ocupados plenos y sobreocupados. En el caso de los ocupados plenos, la pobreza pasó del 17,4% en 2016 al 37,9% en 2024, mientras que entre los sobreocupados subió del 20,2% al 44,4% en el mismo período. Esto muestra que, aunque el impacto de la pobreza es más severo entre los subocupados, otros grupos también experimentaron un deterioro económico significativo.
Cuándo se aceleró la pobreza en los jubilados, según la UCA
La aceleración de estos datos comenzó en 2020, en gran parte debido a la crisis económica y social generada por la pandemia de COVID-19. Esta situación revela un empeoramiento de las condiciones laborales y salariales para todos los sectores, destacándose especialmente aquellos con trabajos inestables o con menor carga horaria.
El estudio también detalló la diferencia en el impacto de la pobreza entre los asalariados formales e informales. Se observa una notable disparidad a favor de aquellos que tienen trabajos formales: la pobreza entre asalariados informales supera más del doble a la de los formales (64,3% frente al 27,8%). No obstante, esta diferencia se está reduciendo debido al deterioro de los salarios de los trabajadores formales, lo que significa que más empleados formales están cayendo en la pobreza y acercándose a la situación de los informales.
Esta reducción de la brecha no se debe a buenas noticias, sino a condiciones salariales más precarias entre aquellos que trabajan en blanco, lo que los vuelve más vulnerables.
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