Tras cumplirse 15 años de la desaparición de Madeleine McCann, la justicia portuguesa continúa trabajando para desbloquear el caso de la pequeña de tres años que fue raptada de la habitación del hotel en el que estaba alojada junto a su familia, mientras dormía con sus dos hermanos pequeños.
Ahora, según informaron, identificaron al presunto autor del secuestro: Christian Brueckner, un alemán que en la actualidad se encuentra preso en una cárcel alemana por otros delitos (cumple una condena por tráfico de drogas y es investigado por varias violaciones).
Tras esto, las autoridades de su país dieron luz verde a la acusación de la Fiscalía portuguesa contra Brueckner. Las sospechas sobre este hombre comenzaron cuando fue extraditado desde Portugal a Alemania en 2017, al ser acusado de un caso de abuso sexual a menores en Grecia.
Luego de cumplir la mitad de su condena, abandonó su país, pero volvió a ser extraditado (esta vez, desde Italia) por otro caso relacionado con las drogas.
No fue el único delito del cual se lo acusó, ya que también se lo culpó de la violación a una mujer de 72 años en Praia da Luz y se lo investiga por otro presunto abuso sexual hacia una mujer irlandesa en 2004, en Portugal.
Además, la investigación de sus movimientos demostró (mediante un rastreo de su teléfono celular) que la noche en que McCann había sido secuestrada, él había estado cerca de la zona donde se ubica el complejo de vacaciones en cuestión.
Brueckner tiene muchos antecedentes penales por abusos sexuales, agresiones físicas, robos y delitos menores. Además, anteriormente vivía de trabajos ocasionales y de robos en hoteles y departamentos.
El sospechoso fue identificado luego de una larga investigación en la cual participaron el Departamento de Investigación y Acción Criminal de Faro (DIAP) y la Policía Judicial, en cooperación con las autoridades inglesas y alemanas.
El hecho, que tuvo lugar el 3 de mayo de 2007 en el complejo turístico de Praia da Luz, ha tenido una errática investigación por parte de la Policía portuguesa y quedó en la historia como uno de los más grandes fracasos de la policía lusa, ya que acumuló más de dos mil diligencias, 500 búsquedas en la zona y hasta llegó a tener casi veinte sospechosos a lo largo de los años.
Además, fue uno de los casos más difundidos, sumado a las campañas internacionales impulsadas por la familia. Esto lo convirtió en un caso de alcance mundial.
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