En una nueva celebración de la conmemoración a la toma de la Bastilia y la Fiesta de la Federación, en Francia, tuvo como saldo entre 200 y 300 coches quemados y al menos 100 personas detenidas. Un total de 45 mil los policías y miembros de gendarmería salieron a la calle la noche previa y la posterior al 14 de julio, resultando siete de ellos heridos cuando el año pasado habían sido 21.
Ante los hechos ocurridos, el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, sostuvo que la cantidad de autos quemados representa una “baja importante” con respecto a aquellos que fueron incendiados en la misma fiesta pero el año anterior. Además, destacó que esto se logró gracias a las “fuerzas del orden, a su presencia y a sus cuantiosos controles preventivos efectuados”.
Desde el Gobierno del país europeo había extrema preocupación de que toda esta fiesta terminara en un caos y reviviendo aquel estallido que sacudió Francia a fines de junio, con el joven que fue baleado y terminó muriendo por la policía de Nanterre, al intentar evadir un control.
Comentarios