Este sábado la Iglesia Católica emitió un comunicado en el que cuestionaron duramente al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, por la represión que hubo a manifestantes de esa provincia que se movilizaron en reclamo de las restricciones sanitarias ante el aumento de casos de coronavirus.
“Ciertamente es preciso adoptar todas las medidas sanitarias que sean necesarias para combatir el COVID-19, dentro de la razonabilidad y conforme al contexto de su circulación, pero de ninguna manera puede aceptarse el ejercicio de cualquier forma de represión violenta contra ciudadanos que reclaman por la plena vigencia de sus derechos humanos y sociales”, expresaron en una carta.
La misiva estuvo firmada por el monseñor Oscar Ojea Quinta, el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, y Carlos Malfa, obispo de Chascomús. Además, manifestaron buscar un “mensaje de cercanía fraterna y de solidaridad con la situación que está viviendo el pueblo”.
“Seguramente no faltarán caminos para que la Iglesia junto a otros sectores de la sociedad impulsen el diálogo y la amistad social que alejen definitivamente cualquier forma de prepotencia personal o institucional, propias de otros tiempos trágicos de nuestra Patria”. Y el comunicado concluye: “Rezamos para que cese la violencia”.
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