Alejandro “Rengo” Ficcadenti, y Sergio “Bebe” Di Vanni, los dos barras de Newell’s que fueron imputados como autores de un atentado de este año contra Ángel Di María que terminó con la cabeza de un chancho en una caja y la amenaza para las hijas del rosarino campeón del mundo, ahora serán indagados por la justicia federal por su presunta participación en el secuestro extorsivo de un empresario organizado por la banda Los Monos: la víctima es Gastón Tallone, de quien no se sabe nada desde el 8 de julio pasado.
La decisión de indagar a Ficcadenti y Di Vanni -que están e imputados por la justicia provincial desde septiembre pasado en la causa por la amenaza a Di María- fue del fiscal federal Carlos Stornelli, que investiga la desaparición de Gastón Tallone, secuestrado en el barrio porteño del Abasto.
Según fuentes con acceso al expediente, el móvil del secuestro fue el robo de un cargamento de cocaína en una terminal portuaria entrerriana. A mediados de 2023, según publicó el sitio Encripdata, se tiraron papeles con un mensaje intimidatorio en la vereda de las casas de Tallone y de un amigo suyo, el abogado José Uriburu, con una misma leyenda: “Con la mafia no se jode”. Y después prendieron fuego los autos de ambos, además de disparar varios tiros.
Lo que había de fondo -para la misma publicación- era una disputa por el control de las cargas en un puerto de la Hidrovía y el reclamo a Uriburu y Tallone por la pérdida de 340 kilos de cocaína en esa misma terminal.
Las amenazas siguieron con fotos familiares al teléfono del abogado y presencia intimidante de vehículos cerca del entorno familiar de Uriburu en la localidad bonaerense de San Isidro. Allí fue cuando el profesional tomó contacto con un narcotraficante argentino a quien le dijo que los 340 kilos de cocaína habían sido robados por su amigo Tallone.
Su interlocutor a Uriburu puso en contacto con “Guille” Cantero, preso en la cárcel de Marcos Paz. Y así el abogado que venía siendo amenazado se habría reunido con el líder de Los Monos más de quince veces en la prisión federal, inclusive durante este año en el que las visitas se había reducido al máximo. De allí se cree que habría salido el plan criminal que salvó al abogado de las amenazas pero que terminó con el empresario amigo suyo secuestrado.
Esa desaparición de Tallone se dio el último 8 de julio en el barrio del Abasto, hace más de cinco meses. Y ahora el fiscal federal Carlos Stornelli decidió que los dos barras de Newell’s que fueron imputados por tirarle a Di María una caja con la cabeza de un chancho y amenazar a las hijas del campeón del mundo, cuando se especulaba con un posible regreso suyo a jugar en Rosario Central.
Lo que la justicia ya pudo determinar es que Tallone que fue secuestrado muy cerca de un hotel en el barrio porteño de Abasto y luego estuvo cautivo en un rancho en la localidad bonaerense de Benavídez. Su familia llegó a pagar 100 mil dólares de rescate, pero el empresario nunca apareció. En uno de los mensajes, a la familia le habrían dicho: “Buenas noches cumpa, la cosa es corta. El ladrón está acá con nosotros y está bien. O devuelven la droga y los 500 mil dólares que se robó y todo se termina y él vuelve, le robó a todos los narcos y ahora toca pagar. Si baten la cana bajamos y vamos por todos ustedes y sus ayudantes. Con la mafia no se jode”.
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