Por Andrés Cánepa
Juntos por el Cambio tuvo una semana agitada en cuanto a reuniones, fotos, llamados y armados provinciales, todo coronado con la visita estelar de dirigentes nacionales. Los dos sectores vienen tallando sus límites y ampliando sus bases en miras de llegar a la construcción definitiva del Frente de frentes que incluya a otros partidos del Frente Progresista, fundamentalmente al socialismo. El intendente Javkin tuvo un rol preponderante, un cónclave en la Cámara de Diputados que enciende luces de esperanza y viralizaciones de imágenes que, por ahora, parecen cartas españolas en una mano de truco.
Pablo Javkin hizo de anfitrión y sacó a pasear a Gerardo Morales, gobernador radical jujeño, a Mario Negri, diputado nacional correligionario, a Carolina Losada junto a Dionisio Scarpín, flamantes senadores nacionales, y todo el grupo comandado por Julián Galdeano. El equipo del intendente también estuvo presente para una foto que estampó la visita en el Monumento Nacional a la Bandera.
Luego hubo una cena en un hotel de la ciudad, en donde aprovecharon para generar empatía entre viejos conocidos y nuevos participantes de una construcción que está viviendo, tal vez, su etapa de romance más fuerte. Hoy este sector está de moda y viene caminando como una tromba marina, pero sabe que se avecinan fuertes disputas internas que deberán sortear para poder conducir Juntos por el Cambio primero y una alianza grande después.
Desde el seno más íntimo del intendente Javkin están convencidos de que el camino del dirigente es hacia la Casa Gris y así lo hacen saber con quienes hablan. Si uno desglosa el entramado de poder interno, hoy tiene pocos argumentos más allá de conducir la ciudad más importante de la provincia. Los conflictos de la gestión –heredó un déficit muy alto que trajo problemas en servicios e infraestructura, se sumó la pandemia, y la inseguridad no da tregua- hace que tenga poco margen para poder salir de recorrida, sumado a su tratamiento médico, conforman un combo de incertidumbre a futuro. Además, la ausencia de estructura propia en la provincia lo obliga a sentarse a acordar con otros sectores para poder garantizar su llegada a los 365 municipios y comunas que tiene la bota santafesina. Hoy, es un objetivo real, una zanahoria a seguir, pero definiciones concretas no hay ni va a haber por un tiempo extenso.
Por otra parte, el radicalismo nacional vino a su encuentro en la ciudad de Santa Fe con el objetivo de acercar las partes entre los bloques que se separaron en diciembre a partir de las diferencias entre Martín Lousteau y Mario Negri. De no poder unificar las bancadas, al menos intentaron sintetizar posiciones respecto a temas legislativos fundamentales, como es el caso del acuerdo con el FMI que llegará pronto a la Cámara baja del Congreso.
En esa foto en el Monumento no estuvo Maximiliano Pullaro, líder y conductor del otro sector radical NEO que disputa poder interno en Juntos por el Cambio. Sin embargo, sí pudo enfrentar a los flashes en la visita de Morales a la Cámara de Diputados de Santa Fe, en donde estuvo junto al presidente del Comité provincial Carlos Fascendini, también de su grupo de trabajo, el gobernador Morales y sus aliados internos. En una clara actitud conciliadora, los dirigentes nacionales no se juegan –ni se jugarán- por uno o por otro en estos tiempos de disputa territorial.
Hoy Pullaro tiene una estrecha relación con Lousteau, mientras que Galdeano es más cercano a Negri y Morales. Pero eso no quiere decir que ni uno ni otro sean tajantes en los posicionamientos de aquí en adelante. Federico Angelini juega un rol fundamental en el engorde de poder de ese ala radical, ya que desde el PRO y con el sello del partido macrista puede aportar una ampliación de las bases electorales y ser el nexo con los dirigentes nacionales del partido. También la figura de Gabriel Chumpitaz suma otro sector amarillo para ampliar las fuerzas y las bases electorales.
Hubo otras imágenes en el camino. El equipo de Galdeano se juntó con el sector del PRO que no tiene afinidad con el angelinismo y allí estuvo presente el “Oreja” Raúl Fernández, íntimo amigo de Miguel del Sel y ex diputado provincial. Se gesta ese acuerdo que nació en las elecciones pasadas con algunos dirigentes que ya habían participado de ese armado con el radicalismo, como Germana Figueroa Casas y Anita Martínez, y ahora buscan sumar a otros “sueltos” que quieren volver al ruedo. Muchos de ellos son peronistas, que tuvieron su paso por Cambiemos y ahora piden pista. Norberto Nicotra, Ricardo Spinozzi, Alejandra Vucasovich, entre algunos viejos compañeros PJ de los que estuvieron presentes.
También parte de esa comitiva PRO consiguió una imagen con la presidenta Patricia Bullrich. Esta semana se confirmó un armado de una mesa de conducción nacional de Juntos por el Cambio, y se formalizó que Jorge Triaca, ex ministro de Trabajo y ex diputado nacional, será el representante del macrismo. La ex ministra de Seguridad tiene un vínculo fortalecido con Angelini, su vicepresidente del partido nacional, pero su rol institucional no lo abandona y recibe a todos los sectores.
Otra noticia de la semana fue que Galdeano comenzó charlas para tentar a Gabriel Batistuta y a Alejandro Fantino ser candidatos. Lo del ex goleador es una posibilidad y no recibió una negativa taxativa como en otras ocasiones del pasado, y lo del periodista es más lejano por ahora, aunque el diálogo sigue abierto gracias a la relación con Losada.
Fotos, fotos y más fotos para consumo interno y del círculo rojo, pero que van quitando el velo en la previa de una carrera hacia el 2023 que promete tener muchas aristas a analizar en el corto plazo. ¡Digan whisky!
El socialismo coquetea
La gira de los popes radicales tuvo un stop estratégico en la Presidencia de la Cámara de Diputados. Allí, los socialistas Pablo Farías, titular del cuerpo, Clara García, quien encabeza el interbloque del Frente Progresista, y Enrique Estévez, diputado nacional y secretario general del partido, tuvieron una cordial y protocolar reunión con Morales, Fascendini, Pullaro, Scarpín y otros diputados.
Duró media hora, fue un acercamiento y, más allá de no profundizar, se dialogó la posibilidad de generar encuentros para comenzar una agenda de trabajo en búsqueda de un programa que incluya a todos. En ese sentido, la semana próxima hay un cónclave en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para empezar a trabajar la letra fina de cara a un 2022 en construcción.
El socialismo esperaba poder concretar alguna reunión más distendida en esta visita, pero por la agenda no se generó y por eso la pospusieron una semana. El partido de la rosa deberá dirimir su interna, generar los consensos en sus bases progresistas y, desde allí, acordar un armado conjunto o pensar una interna grande de ese frente de frentes.
Se les hará difícil a los socialistas con recorrido poder congeniar con todos los sectores, ya que históricamente han visto desde la vereda de enfrente al PRO. El mismo Bonfatti, como ya se sabe, levantó las barreras del límite con el macrismo, y ahora ya se habla de un acuerdo programático que incluya una visión en común. Lo mismo para el lifschitzmo que recibió a los radicales encabezado por Farías.
Mesa tripartita de Seguridad y sorpresa
El gobierno provincial convocó a una mesa para trabajar los temas de seguridad que vienen golpeando a la sociedad santafesina en su conjunto, y se recrudeció en los últimos tiempos en Rosario. Los tres poderes del Estado dijeron presentes en el encuentro, desde el presidente de la Corte Rafael Gutiérrez, a quien se lo vio sentado al lado del gobernador, hasta los 5 fiscales regionales y el fiscal general Jorge Baclini, distintos diputados de las bancadas opositoras y oficialistas, y la presencia en representación del Senado Armando Traferri.
Este último nombre hizo ruido en medio de la investigación que llevan adelante dos fiscales por la organización del juego clandestino y el amparo en los fueros –reafirmado por sus colegas en una votación- que tuvo el legislador para no ser investigado ni imputado.
El gobernador tomó la decisión de avanzar en temas institucionales más allá de las disputas que supo tener en el pasado. La sensación que se derrama de su presencia es de un punto y aparte en el conflicto, y una nueva etapa hacia la unidad en el peronismo. Sin embargo, no faltaron las críticas al cuerpo en general por haberlo elegido a él como el representante en un tema sensible como este bajo el manto de sospecha.
En ese cónclave, fue el mismo Traferri el que criticó el mal asesoramiento en temas de seguridad en el pasado, en clara alusión a Marcelo Saín, y que era momento de tomar decisiones a futuro. También mencionó que esto no es de ahora, sino que tiene dos décadas y que los gobiernos del Frente Progresista no pudieron resolverlo y ahora exigen resultados en corto plazo.
La sorpresa fue más de la prensa y de la sociedad civil que de la misma política en general, que prácticamente no hizo mención en ningún discurso a la presencia del senador por San Lorenzo. Ni oficialistas ni opositores declararon al respecto y todos esperan el movimiento de fichas de los de enfrente para tomar posiciones.
Más allá de esa presencia, el encuentro fue importante para poder comenzar un camino unificado de los tres poderes del Estado para combatir el flagelo de la inseguridad y de los homicidios. Todos pudieron exponer sus posiciones, se habló de proyectos legislativos pendientes, otros nuevos, ideas de gestión y avances desde la justicia. Es una foto, otra más, pero como mensaje conciliador tiene un valor demostrativo alto para la sociedad. Depende de la política y de los funcionarios que no quede sólo en el flash y se concrete con acciones en las distintas áreas.
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