Inicio, nudo y desenlace son tres elementos que constituyen la estructura de cualquier historia. Mientras que el comienzo introduce tanto a los personajes como al lugar donde se desarrollan los hechos, el conflicto relata sucesos que, en la mayoría de los casos, desafían a los protagonistas. El final, en tanto, es lo más -y menos- esperado: el conflicto se resuelve y el rompecabezas se termina de armar.
Originalmente, este proceso era lineal tanto en los libros como en las producciones audiovisuales, pero, con el paso del tiempo, la industria cinematográfica descubrió que, en el último componente, había un negocio millonario. Poco a poco, las ficciones empezaron a desdoblarse en dos. Primero, fueron películas de sagas taquilleras como Harry Potter, Los Juegos del Hambre, Divergente y Maze Runner; luego, el formato que parecía ser una moda de la pantalla grande, se trasladó al streaming.
Una de las primeras series en implementarlo fue La Casa de Papel (Netflix), que alcanzó el éxito mundial tras re-estrenarse en la plataforma estadounidense. Además de atracos, armas y euros, las temporadas de la tira española estuvieron unidas por un mismo factor: todos los episodios se lanzaron de forma diferida.
La primera entrega apareció en el catálogo el 2 de mayo de 2017, mientras que los 6 capítulos que la completaron lo hicieron el 16 de octubre del mismo año. Ante la aceptación de los clientes, los creadores -Alex Pina y Esther Martínez Lobato- decidieron distribuir las emisiones de la segunda parte en cinco volúmenes. Así, ocho piezas vieron la luz el 19 de julio de 2019 y otras ocho el 3 de abril de 2020; cinco lo hicieron el 3 de septiembre de 2021 y las últimas cinco a los tres meses.
Como consecuencia, productos como Las Chicas del Cable, How To Get Away With Murder y hasta la icónica Prision Break siguieron la ecuación. Inclusive, muchas tiras optaron por publicar sus contenidos una vez a la semana. Actualmente, las leyendas “Parte I” y “Parte II” son una variable más en la fórmula del boom. Por eso, no resulta extraño que las compañías estrenen la misma temporada fragmentada. Better Call Saul, This Is Us, The Boys y Stranger Things son un claro ejemplo del nuevo fenómeno.
Stranger Things, el furor de la espera
Una dimensión alternativa y sombría, el temeroso valor de cuatro adolescentes y el heroísmo de una joven con poderes fueron la combinación perfecta para que la ficción conquistara multitudes. Como era de esperarse, la última temporada se estrenó en dos fechas distintas: el 27 de mayo y el 1 de julio.
No obstante, la decisión de segmentarla no sólo pasó por el suspenso y el dinero, sino también por el extravagante montaje que se llevó a cabo. De acuerdo con los hermanos Duffer, las mentes detrás de Eleven, Mike y Will, entre otros, la duración de los episodios pasó de 60 a 120 minutos. “El 9 es una película larga. Todavía lo estamos refinando, pero diremos que son más de dos horas. Es enorme”, expresaron anteriormente.
Aunque algunas series se inclinan por el formato tradicional, es imposible negar que lo diferido es la nueva tendencia. Una tendencia que, en pocos meses, podría transformarse en la única forma de consumo.
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