Se reveló lo que le escondieron a Tomás Holder en el bolsillo antes de entrar a Gran Hermano

Tomás Holder revolucionó la casa de Gran Hermano al momento de su ingreso, no solo por su físico sino por su estrategia de juego. Aún así, antes de entrar, la madre del rosarino le escondió algo en su bolsillo. Luego de que todos los participantes estaban dentro, se conoció lo que le metieron en sus pantalones.

Momento Polémico dos…

¿Qué le meten a #Holder en el bolsillo? #LAM pic.twitter.com/RF9GNfXnlJ

— ElEjercitoDeLAM (@elejercitodelam) October 18, 2022

Cuando estaban todos los ‘hermanitos’ cenando, Gran Hermano llamó al confesionario al rosarino para comentarle lo que tenía en su bolsillo. Holder revisó en su pantalón y encontró la carta, mientras la voz le manifestó que se quede tranquilo: “Te pido que no la leas, que no la abras, que te quedes tranquilo, que no hay sanción porque no tenés nada que ver”.

Tomás miró la cámara y le habló directamente a su madre: “Mamá, yo no sabía nada de esto, te amo. Te agradezco por haber venido hasta acá, sé que no es fácil, porque tenías que dejar a mis hermanitos allá. No puedo leer esta carta ahora pero te la agradezco de corazón. Sabés que se me ponen los ojos llenos de lágrimas porque sé por todo lo que pasamos y todo lo que hiciste para formarme como persona. Y hoy en día soy esto gracias a vos”.

“Te prometo que apenas salga nos vamos a reencontrar, te lo juro”, cerró. “Muy lindo mensaje, tu mamá va a estar muy contenta”, aprobó el Gran Hermano y después le pidió que la carta la deje en el confesionario, prometiéndole que se la iba a guardar.

Este jueves vence el plazo de prisión preventiva para dos hombres acusados de cometer una entradera en Funes a fines de marzo, en la que resultó víctima Roberto Cayetano G., de 74 años. El hecho generó una fuerte conmoción en el barrio y preocupación entre los allegados del hombre, quienes temen que los imputados queden en libertad si no se presentan nuevas evidencias.

El asalto ocurrió la madrugada del 21 de marzo, cuando, según la acusación de la fiscal Verónica Ballari, Valentín A. y Bruno B., ambos de 23 años, irrumpieron en la vivienda de la víctima en General López al 1700, mientras este dormía. Tras maniatarlo y golpearlo, los agresores se llevaron dinero en efectivo y pertenencias personales.

La situación fue descubierta horas más tarde por un operario de la EPE que trabajaba cerca del lugar y escuchó los pedidos de auxilio del hombre, que aún permanecía atado. La investigación posterior, a cargo de la Policía de Investigaciones (PDI), permitió detener a los sospechosos cinco días después.

Un fallo judicial con cuestionamientos

El pasado 28 de marzo, la fiscal Ballari imputó a los dos principales sospechosos y a un tercer joven, Juan Ignacio M., también de 23 años, a quien se le adjudica haber colaborado en la organización del hecho. Los delitos que se les atribuyen son robo doblemente calificado (por las lesiones graves y el uso de arma blanca) y privación ilegítima de la libertad agravada, debido a que la víctima es una persona mayor.

Sin embargo, el juez Gonzalo López Quintana se mostró crítico con la presentación de la Fiscalía. En la audiencia imputativa decidió no otorgar la prisión preventiva por el plazo legal habitual, y en cambio impuso una medida cautelar de apenas 20 días para Valentín A. y Bruno B. En tanto, el presunto cómplice fue beneficiado con libertad bajo medidas alternativas: firma semanal en la Oficina de Gestión Judicial, prohibición de contacto con la víctima y restricción para salir del país o ingresar a Funes, ya que reside en Roldán.

El magistrado fundamentó su decisión en la falta de elementos probatorios suficientes y exhortó a la Fiscalía a presentar mayores evidencias para sostener la acusación. Por eso, la audiencia de este jueves será clave para definir si se prorroga la prisión preventiva o si los imputados recuperan la libertad mientras continúa la investigación.

Desde el entorno de la víctima expresaron preocupación por la posible liberación de los acusados, dada la violencia con la que se cometió el hecho y las secuelas físicas y emocionales que aún enfrenta el hombre de 74 años.