Los trabajadores nucleados en el gremio La Fraternidad que llevaban adelante un corte de crédito laboral en todo el país, levantaron el paro en las últimas horas. Desde el sindicato, liderado desde hace 30 años por Omar Maturano, habían tomado la decisión de no prestar servicios “en defensa de la industria ferroviaria y el empleo, vulnerado por la decisión judicial de suspender” el funcionamiento de la línea que unía Buenos Aires y Bahía Blanca. La medida afectaba a algo más de cien mil personas.
El lunes pasado desde La Fraternidad habían informado que la huelga se fundamentaba también “en los ataques al ferrocarril durante el asfaltado de vías y la negativa de algunos intendentes a que los servicios se detengan en sus localidades, como ocurre en Chascomús”.
“El malestar también se relaciona con las conductas de algunos gobiernos provinciales que, violentando la ley, se adueñan de territorios ferroviarios propiedad de la Nación y utilizan terrenos para variados fines y no para construir viviendas para el personal, que no tiene casa propia en un 60 por ciento”, añadió Maturano.
“La clausura de servicios ferroviarios en ausencia de pericias técnicas previas afecta de forma económica a los sectores populares, que utilizan el ferrocarril por sus tarifas sociales”, agregó el sindicalista. “La justicia debería exigir a las empresas la reparación de la infraestructura y material tractivo y rodante, ajustando a derecho la responsabilidad patronal”, remarcó.
Otro aspecto denunciado por el gremio fue “la compra fantasma de pasajes, lo que agota las comodidades para derivar pasajeros al autotransporte”, como fuera evidenciado en la vía que une a Rosario con Tucumán.
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