Según informó la Agencia Espacial de Vuelos Tripulados de China, la mayor parte del cohete se desintegró al entrar en la atmósfera. El resto de la formación, terminó cayendo precipitadamente al agua, cerca de las Islas Maldivas, sin causar ningún daño. Antes de su disolución, el objeto pesaba 18 toneladas y generó todo tipo de especulaciones sobre cuando, como y donde iba a caer.
El comunicado por parte de la Agencia AFP informa: “Según la supervisión y el análisis, a las 10H24 del 9 de mayo de 2021, la primera etapa del cohete portador Larga Marcha 5B ha vuelto a entrar en la atmósfera. La mayor parte de este segmento se desintegró y quedó destruida”. Por lo tanto, todavía no hay precisiones certeras sobre lo ocurrido con los restos. “No se sabe si han caído en tierra o en agua”, precisó el Comando Espacial Estadounidense.
Las autoridades chinas habían afirmado hace días que la vuelta del cohete Larga Marcha 5B presentaba poco peligro. Incluso habían asegurado que era muy probable que la caída del segmento restante cayera en el mar, ya que el planeta está formado por un 70% de agua. Sin embargo, la caída de un objeto de esas dimensiones y peso, generó preocupación entre algunos sectores de la población.
“La probabilidad de causar daños a las actividades aéreas o en tierra es extremadamente baja”, había afirmado la semana pasada Wang Wenbin, un vocero del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
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