A las 9.38 del 6 de agosto de 2013 una explosión, producto de un escape de gas en un edificio ubicado en Salta 2141, causó la muerte de 22 personas. Nueve años después, la Justicia está lejos de llegar a los familiares de las víctimas.
En ese contexto y bajo otro aniversario de la tragedia, Andrés Cánepa se comunicó con Lo Mejor de Todo en Radio Boing. En conversación con Sergio Quintana y Micaela Ainelen, las emblemáticas sirenas de las 9.38 de la mañera se hicieron escuchar luego de un minuto de silencio en homenaje a las víctimas. El momento terminó con una ovación de aplausos.
Sobre el escenario se encontraron los familiares de los perjudicados y también contaron con la presencia de vecinos, bomberos y políticos, entre ellos, Pablo Javkin y María Eugenia Schmuck.
Con el lema de “seguir hasta el final”, una a una las víctimas fueron nombradas y seguidas de un “presente” al unísono de aquellos concurrentes. “Todos los 6 de agosto sentimos como si fuera de nuevo”, se escuchó pronunciar por un familiar haciendo referencia a la explosión que se sintió 7 km a la redonda.
Recordando una mañana fría con un cielo gris y totalmente cubierto, Anahí, una sobreviviente de Salta 2141, se puso en diálogo con Andrés: “Fue un momento que no voy a olvidar nunca. Estoy agradecida porque no hubiera sobrevivido“, comenzó.
“Se había cortado el gas a fines de julio por un reclamo de una persona. No sentíamos olor. Litoral Gas cortó ese día porque dijeron que había una pérdida“, comentó sobre los incidentes previos a la gran tragedia. Así, continuó, haciendo referencia a la única prisión decretada, la del gasista: “Los jueces dejaron mucho que desear. Declaramos todos y no encontraron culpables en la empresa“.
Andrés Lastorta, Director General de Bomberos de la provincia de Santa Fe y rescatista, también formó parte de la conmemoración revelando su visión del hecho, poniendo en palabras sus recuerdos de hace nueve años atrás: “Cuando llegamos pensamos que era una caldera. Empezamos rescatando gente desde el décimo piso hacia abajo“.
Con casi 32 años de servicio y llegando al fin de su carrera, comentó que se encontraba en el cuartel cuando escucharon una explosión muy grande. Ya en el lugar de la tragedia, un grupo de trabajo se ocupo de tratar el fuego y otros de rescatar personas del décimo piso al quinto: “Rescatamos cinco personas, pero no me siento un héroe, es una palabra muy grande“.
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