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Informe

Rock en Baradero, la confirmación de la experiencia en vivo

El festival bonaerense llegó luego de un año de ausencia a causa de las restricciones por el COVID 19 y confirmó algo: no existe un formato similar que pueda igualar a los conciertos en vivo.

Rock en Baradero (ubicado a 146 km de Rosario) tuvo su origen en 2015 y fue pasando por una lenta transformación de predominar grillas con bandas de rock barrial a adaptarse a la nueva configuración de música nacional actual, que puede ir mutando desde el trap, funk, rock y lo-fi.

Con un esquema diverso dividido en dos días de festival con un claro balance entre los artistas “nuevos” (El Kuelgue, NAFTA, Clara Cava, Peces Raros, El Mató a un Policía Motorizado) y lo tradicional (Kapanga, La Vela Puerca, Las Pelotas, AIRBAG) el público respondió de forma masiva. Más de 25 mil personas se hicieron presentes en el Anfiteatro Municipal de Baradero, tiñendo de color y efusión este festival al que muchos catalogan como “hijo del Cosquín Rock”.

 

El rock en Baradero, no tan rockero (y eso está muy bien)

Si bien ya no vale la pena entrar en aquella discusión sobre que es (y que no) “rock and roll” la jornada del sábado se tiñó de la multiplicidad de propuestas distintas entre sí. Con la iniciativa diurna (al igual que Cosquín Rock), que obligaba a los amantes de la música a ya estar dentro del predio para ver una de las principales atracciones como hoy por hoy es El Kuelgue, que tocaba a las 19, el Anfiteatro se llenó de pogo y baile desde muy temprano.

 

La banda de Julian Kartun y Santiago Martínez (El Kuelgue) venía de reafirmar su masividad en Cosquín Rock y eligió un set muy ajustado con todos sus clásicos, con su himno “Parque Acuático” generando el momento cumbre del show. NAFTA hizo disfrutar a todo Baradero mostrando un show solido con las canciones de su primer disco, demostrando el virtuosismo de cada uno de sus integrantes. AIRBAG dio uno de los shows más destacados, con varios de sus himnos y con su cover de “La Balada del Diablo y la Muerte” de La Renga, para tapar varias bocas y sacarse un montón de prejuicios de encima.

A partir de esa hora, “ya no cabía un alfiler” y La Vela Puerca confirmó que en formato de festival es imbatible, con un show de una hora donde sonaron todos sus hits, generando quizás el momento del pogo más intenso en toda la noche. El Mató con su líder Santiago Motorizado a la cabeza también tocó cada uno de los clásicos y algunos estrenos de su último disco “Vacaciones Raras”. Para esa hora, la amenaza de la lluvia se hizo realidad cuando German Daffunchio y Las Pelotas se hicieron presentes para armar una fiesta pelotera e ir promediando la medianoche de sábado.

Peces Raros hizo delirar a todos y cortó con el rock para hipnotizar con su propuesta electrónica y moderna, para darle paso al número puesto de la noche con Kapanga. El cruce entre artistas tras bambalinas siempre es un atractivo que le da lindo color a estos festivales (NAFTA bailando canciones de La Vela Puerca detrás del escenario o ver a La Vela Puerca disfrutando del show de El Mató al costado del escenario).

Las demoras y los protocolos

Quizás el arduo y caliente clima que se generó en toda la jornada ante las altas temperaturas fueron los culpables de las largas filas generadas para ir al baño o para poder obtener alguna propuesta gastronómica, ya sea de bebida o comida (punto a mejorar, sumar otra opción, además de la cerveza).

En cuanto a los protocolos, se requería pase sanitario en el acceso y era obligatorio tenerlo. Mientras tanto en consonancia con la tendencia nacional en cuanto a festivales y shows en vivo en febrero, los barbijos brillaron por su ausencia.

Cada vez más asentado como uno de los principales festivales del país, Rock en Baradero confirmó que la experiencia en vivo es inigualable.

 

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