El Puerto de la Música pasó a ser una prioridad para el gobernador Omar Perotti. Según pudo averiguar Red Boing, dentro de 15 días aproximadamente estarán haciendo el anuncio oficial de la construcción de este proyecto que quedó trunco en el pasado, con un cambio de localización: estará emplazado en Granadero Baigorria. Restan detalles administrativos para tener todo listo.
La obra del reconocido arquitecto brasilero, Oscar Niemeyer, fue originalmente pensada desde lo urbanístico en la zona portuaria de Pellegrini y el bajo. Mezquindades políticas en la década pasada, algunas pujas sindicales con los estibadores y falta de financiación hicieron que el trabajo nunca comience. Lejos de buscar reflotar aquel viejo lugar, la provincia tiene pensado trasladar la misma idea a Granadero Baigorria, algo que tiene el beneplácito de Adrián Maglia, intendente de allá, y de el mismo Pablo Javkin, primer mandatario local.
No hay mayores detalles por el momento, pero se sabe que la iniciativa que propone Perotti es un esquema público-privado, similar al que se usó para el desarrollo del ex Batallón 121. Terrenos urbanizables que hoy pertenecen a la provincia a cambio del desarrollo de la ejecución de obra, estimada en un monto de 20 millones de dólares y un plazo de 1 año y medio.
Para un presupuesto provincial no es de impacto, ni mucho menos. Tengamos en cuenta que el total de gastos e inversión estimada por el gobierno santafesino para este 2022 es de alrededor de 1 millón de millones de pesos, y, pesificado, el Puerto de la Música costaría un total de $4500 millones. Sin embargo, más allá de que algo de inversión seguramente habrá por parte del Estado, la búsqueda pasa por que se ejecute por contribución de mejoras a cambio de un activo inmobiliario para la construcción de viviendas en la zona de Baigorria.
La licitación, en aquel entonces, la habían ganado tres empresas locales que se conformaron en una Unión Transitoria de Empresas (UTE): Pecam, Obring y Milicic. Resta conocer si esa licitación continúa vigente a pesar del paso del tiempo y del cambio de lugar en el que se emplazará el Puerto de la Música, y también si cambian o no las condiciones pactadas.
El beneficio de la obra no solamente pasa por el activo cultural que generaría tener un espacio para eventos, recitales, teatro y más en una zona aledaña al río Paraná, sino el trabajo que generaría, el turismo con el que se beneficiaría Rosario por las plazas hoteleras, la gastronomía y el desarrollo de todo el corredor norte del área metropolitana de nuestra ciudad. El edificio diseñado por Niemeyer está pensado para tener un auditorio de 2500 personas sentadas y una explanada externa para 15 mil más. Inclusive, se puede hasta duplicar la capacidad adentro si se modifican algunas condiciones.
Rosario y la región necesitan salir del comentario maldito de la inseguridad y el narcotráfico, casi inevitable cuando se habla de nuestra ciudad en los medios nacionales. Este hito cultural y arquitectónico le daría a la región una herramienta inigualable para el turismo, la cultura y la economía. Hay sobrados casos y antecedentes en donde edificios icónicos transformaron la vida de una ciudad, como es Bilbao con el Guggenheim, de Frank Gehry, que cumple 25 años y ha sido dinamizador económico de la ciudad, con una aportación al PBI vasco de 172,2 millones de euros. Y desde su apertura ha recibido a 23,7 millones de visitantes y contribuye al mantenimiento de 3.671 empleos.
Al mismo tiempo en el que se pensaba ejecutar la obra durante el gobierno de Hermes Binner acá, un proyecto del mismo Niemeyer, similar al que se quiso entablar aquí, se ejecutó en Avilés, España y se inauguró en 2011. Lleva el apellido del arquitecto: “Centro Cultural Oscar Niemeyer”. Es la única obra en España de quien desarrolló de cero la ciudad capital barasilera, Brasilia, y ha generado millones de euros de ganancias y enorme afluencia de visitas de turistas, además del activo cultural para Avilés y el cambio radical que se produjo en la ciudad en la última década.
Que esté emplazado en las afueras de Rosario tampoco está mal desde lo urbanístico, según los especialistas. A Baigorria, hoy, se llega desde distintos puntos, casi todos por autopista, Cirvunvalación y también por las calles internas de Rosario. En el mundo es común que las atracciones turísticas estén en el área metropolitana y hasta tiene una visión a futuro que esté ubicado allá y no en el área central de nuestra ciudad, cercana al Monumento.
Siempre habrá urgencias, eso está claro. Pero si la visión estratégica que tuvo Binner para pensarlo e intentar ejecutarlo, y ahora Perotti para reflotar aquel viejo proyecto, tiene correlación en el resto de la dirigencia de la provincia, pronto Rosario y Baigorria serán noticia en el país y en el mundo, saldremos de los policiales y apareceremos en las portadas como una novedad cultural y turística para disfrutar. Es una nueva oportunidad histórica que no debemos desaprovechar y se debe plantar el mojón, al menos, para que pronto sea una realidad.
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