Datos filtrados del banco suizo Credit Suisse revelaron, a través de una investigación periodística internacional, que tuvo como clientes a docenas de delincuentes, dictadores, funcionarios de inteligencia, partidos sancionados y actores políticos que guardaban una “riqueza descomunal” en sus arcas.
Entre ellos se encuentran los chavistas que saquearon la petrolera estatal venezolana PDVSA, varios acusados de crímenes contra los derechos humanos, los hijos del dictador de Azerbaiyán y personajes relacionados con el mundo de la corrupción, la mafia y los gobiernos autoritarios. Además, hay varios argentinos entre los miles de clientes extranjeros que ocultaron su dinero en el Credit Suisse, según La Nación, que participó de la investigación.
La investigación, encabezada por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung y el centro de investigación Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y llevada adelante por más de 163 periodistas de 48 medios, señala que el Credit Suisse conservó a “clientes de altísimo riesgo en todo el planeta durante décadas” y “docenas de personajes dudosos”, cuyas cuentas acumularon más de 8.000 millones de dólares.
Infobae reveló que el empresario argentino Gerardo Montenegro había encontrado un negocio redondo con el gobierno venezolano. Compraba mercadería en China o Estados Unidos y, luego, se la revendía con sobreprecios a empresas públicas que manejaba el chavismo. En una de esas operaciones comerciales, Montenegro adquirió productos de Evergreen Industrial Co, una firma china, por USD 123.000 en agosto de 2010 y, al mes siguiente, los revendió al Fondo de Desarrollo Agrario Socialistas (Fondas), una empresa pública venezolana, por la cifra de USD 1,8 millones. La operación le dejó una ganancia casi 14 veces mayor al monto original.
Pero más que un exitoso negociante internacional, Montenegro es considerado por las autoridades argentinas como un eslabón de un esquema más complejo que le permitía a empresas locales hacer negocios con Venezuela a cambio de pagar altas comisiones a sociedades intermediarias. Palmat era una de estas compañías que trabajaba en estos contratos que se hacían bajo un paraguas estatal: el fideicomiso bilateral firmado por Néstor Kirchner y Hugo Chávez.
Mientras su negocio como lobistas prosperaba, los hombres detrás de Palmat montaron un entramado de sociedades en paraísos fiscales, manejaron cuentas en Suiza e invirtieron dinero en varias propiedades de lujo en Miami, según pudieron reconstruir Infobae, La Nación y el centro de investigación periodística Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), tras cuatro meses de investigación periodística para la investigación Suisse Secrets.
Las millonarias comisiones que cobró Palmat se canalizaron a través de jurisdicciones opacas lo que, hasta ahora, no le permitió a la Justicia localizar los fondos obtenidos en esas operaciones. Carrasquero y Wellisch son investigados en los tribunales argentinos por haber cobrado un 15% de comisiones en una larga lista de transacciones. Según ellos mismos reconocieron, habrían participado como intermediarios en, al menos, 39 contratos.
Mientras prosperaban los contratos entre Palmat y las empresas argentinas, Carrasquero abrió en abril de 2006 una cuenta bancaria en el Credit Suisse, que en junio de 2009 alcanzó un saldo máximo: casi USD 3 millones (2,7 millones de francos suizos), según surge de los documentos de Suisse Secrets. Eduviges Auristela Rodríguez de Carrasquero, familiar de este intermediario venezolano, también aparece como co-titular de esa cuenta.
A pesar de que el escándalo por el cobro de estas operaciones se hizo público en Argentina en 2010, el banco suizo nunca cerró la cuenta de Carrasquero, que permaneció abierta por lo menos ocho años, hasta 2014. Parte de los fondos obtenidos durante aquellos años ahora están invertidos en mansiones de lujo en Miami.
Comentarios