“Se me sale el corazón, no doy más. Les agradezco mucho”, expresó Morena Greppi al convertirse en la primera rosarina en ingresar a “La Voz Argentina”. Con el inconfundible sonido de la trompeta acompañando su canto, logró que Lali, Soledad, Ricardo, Mau y Ricky Montaner apretaran el botón.
Después de escuchar las devoluciones de los cinco artistas, eligió al dúo venezolano sin titubear. “Mereces ser escuchada por millones de personas. Sería un honor para nosotros tenerte y acompañarte. Queremos que la gente siga escuchando tu firma”, sostuvieron los hermanos para convencerla.
Para captar la atención de los coaches, la rosarina de 23 años se subió al escenario con “Lullaby of Birdland”, una canción publicada en 1954 e interpretada originalmente por Sarah Vaughan, ícono del jazz.
Nacida en La Florida y estudiante de Profesorado de Canto Popular, la joven comenzó en el mundo de la música un tanto presionada por su familia. “Tomá, ya hice la reserva con un profesor”, fue lo que le dijo su madre a los 16 años haciendo referencia a Daniel Pellegrinet, quien la introdujo al bossa nova y acompañó en su camino.
La primera vez que “Masna” -como le decían de adolescente- sintió que cantaba correctamente, fue cuando su instructor rompió en llanto al escucharla entonar las estrofas de “La Vie En Rose”. “Se bajó del auto muy nerviosa y cuando volví a buscarla me contó que estaba impactada por lo que había generado en su profesor”, explicó Sandra, madre de la artista.
Si bien fue seleccionada en la segunda edición de “La Voz Argentina” -realizada en 2018-, no logró asistir a los estudios de Telefe. A diferencia de dicho año, en esta ocasión se anotó de imprevisto por sugerencia de un amigo y se trasladó a Capital Federal para intentar cumplir su sueño. Y lo hizo.
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