El Gobierno nacional autorizó ayer que el barbijo dejará de ser obligatorio al aire libre en circulación por la calle a partir del primero de octubre y si bien se esperaban anuncios de flexibilizaciones, médicos y asesores en salud criticaron fuertemente la medida comunicada.
Epidemiólogos e infectólogos de las distintas provincias, consideran que las nuevas medidas anunciadas por la Nación tienen muchas aristas y están destinadas a generar alivio a sectores económicos depreciados durante la pandemia. En Salta y Córdoba, los ministros de salid ya salieron a aclarar que no van a adherir al decreto nacional. En Santa Fe, fueron más prudentes y el Ministro de Trabajo, Juan Manuel Pusineri adelantó que se esperará la publicación de la comunicación nacional para tomar una decisión.
En diálogo con Gabriel Pennise, el vicedecano de la Facultad de Medicina de la UNR, Damián Lerman, reconoció que hubo sorpresa “por lo abrupto” de los anuncios realizados por la Ministra de Salud, Carla Vizzotti y aseguró que “todo lo que se haga, tendrá que ser con mucho cuidado porque no salimos de la pandemia”.
Sobre las nuevas medidas, Lerman reconoció que “hay cuestiones interesantes, básicas y otras que habrá que ver cómo se implementan”.
“Hay que ser conscientes de lo que puede pasar y en función de eso ir liberando actividades porque eso se reconoce a partir de los índices de la pandemia”.
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¿Dejar de usar el barbijo podría traer aumento de casos?
Múltiples muestras evidencian que el uso del barbijo ayudan a dificultar la propagación del virus.Una de ellas es que la mascarilla que lleva una persona infectada detiene la propagación viral en su origen, al atrapar un gran porcentaje de las partículas infecciosas exhaladas por la persona y disminuyen así, las partículas virales flotando por el ambiente y cualquier partícula que logre escapar posiblemente es bloqueada por las mascarillas de las otras personas.
Además, hay suficientes pruebas que exponen que los barbijos protegen a quienes los usan incluso cuando los demás van con el rostro descubierto, aunque la cantidad de protección depende de la calidad de la mascarilla y de su ajuste.
“Durante un brote en un hotel en Suiza, por ejemplo, varios empleados y un huésped dieron positivo al coronavirus. Todos los contagiados que dieron positivo solo usaban escudo facial y ninguno de los que llevaban tapabocas se infectó”.
Para Lerman, es fundamental la buena comunicación para que las personas no se relajen. “El barbijo no está para dejarlo en nuestras casas, dejar de llevarlo no es lo que hay que comunicar, hay que ir paulatinamente dejándolo de usar en algunos lugares, pero debemos siempre llevarlo con nosotros y cuando nos acercamos a alguna persona utilizarlo”, explicó el médico.
Sobre esto, a nivel provincial la profesora de ingeniería en Virginia Tech y una de las expertas principales en transmisión viral a nivel mundial, , Linsey Marr, recomienda usar la mascarilla de mayor calidad posible cuando no se puede mantener la distancia en exteriores o en caso de que nadie a tu alrededor lleve cubrebocas debido a que la variante delta es mucho más contagiosa que las otras variantes.
El resumen de varios estudios es que las mascarillas médicas de alta calidad —como las N95, KN95 o KF94— funcionan mejor que otras y que la vacunación es “la mejor protección contra la COVID-19”, incluso las personas inmunizadas deberían evitar las multitudes o estar en compañía de grupos grandes en interiores si no se conoce el estado de vacunación de los demás.
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