Esta semana, en medio del 24 de marzo donde se conmemoraba el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, los partidos que vienen armando el frente de frentes tuvieron el primer hecho político en conjunto. Con excepción del socialismo, que sigue siendo esquivo y mostrando dudas sobre formar parte de ese espacio, la UCR, el PRO, el PDP, la Coalición Cívica y la flamante incorporación del partido CREO, firmaron un documento en contra del aumento de las retenciones para la harina y el aceite de soja.
Este primer mojón en conjunto marca un antes y un después en la política santafesina, ya que es la materialización de un trabajo de negociaciones que viene llevándose adelante desde el año pasado. El espacio de Pablo Javkin se sumó a este texto en un claro mensaje de acompañamiento a la mesa que se está gestando. También el PDP, que a nivel provincial, hasta ahora, seguía formando parte del Frente Progresista.
Javkin es uno de los candidatos naturales del espacio, por su nombre y por su investidura. Su acuerdo con el sector radical de Julián Galdeano, armador del espacio de Losada en las últimas elecciones, es evidente a través de distintas acciones públicas en el último tiempo. Ser intendente de Rosario siempre te da un plus a la hora de los comicios, por nivel de conocimiento y status en la opinión pública, más allá de las urgencias que tuvo que sortear en sus dos años de gestión como la pandemia y la crisis económica.
El esquema de trabajo del frente de frentes es seguir persuadiendo a un electorado descreído en el último tiempo, y fidelizar votantes con ideología de centro que no han acompañado a Juntos por el Cambio sino al Frente Progresista. Con Maximiliano Pullaro conquistando al núcleo duro y Javkin buscando a los moderados, más allá de una futura competencia, se viene fortaleciendo a este espacio en construcción.
Otra carta oculta y que vuelve a estar sobre la mesa es Miguel Del Sel. Quedó al borde de la gobernación en 2011 y 2015, y está presto para salir a jugar el partido de la reactivación del PRO en la provincia. Con cercanía al espacio de Anita Martínez, su amigo Raúl “Oreja” Fernández y Germán Pugnaloni, este último vice presidente del partido, vuelve al ruedo para aglutinar dirigentes que concuerdan con la idea de construcción de este sector. Y no es para nada despreciable su figura para poder salir a competir en una elección en cualquier categoría el año próximo.
La cena en la sede del Partido Demócrata Progresista se va a hacer el primer día del mes de abril, y finalmente va a participar el PRO desde la institucionalidad. El presidente Cristian Cunha va a estar sentado esa noche para escuchar y debatir ideas de un acuerdo programático que les permite comenzar a andar un camino colectivo.
Invitar o no al PRO al primer cónclave fue una de las grandes discordancias entre los armadores y, tal vez, lo que dilató esta comida fundacional del espacio. No espantar a los más progresistas fue el argumento que reinaba para evitarlos en este contacto inicial. Las excusas de la postergación fueron algunos viajes pendientes y el cierre interno del comité provincial y rosarino de la UCR, pero lo concreto es que muchos piensan que se extendió por diferencias en la convocatoria.
Respecto a ese cierre, Felipe Michlig, del sector Neo-Evolución, liderado por Maximiliano Pullaro, será el presidente del Comité provincial de la Unión Cívica Radical. El consenso fue muy similar al de los últimos dos años, desde cuando reina la unidad provincial en el partido centenario. Los convencionales serán presididos por alguien del grupo de Galdeano o del espacio de Mario Barletta, aunque la mayoría -33 de 60- son también de Neo-Evolución.
Los delegados nacionales se repartieron así: 2 para Neo-Evolución, uno para el MAR de Galdeano y otro para el sector de Corral o para el de Barletta. El acuerdo entro estos últimos dos espacios se vio plasmado nuevamente en este cierre partidario, y se encamina a ser un espacio unificado para la construcción partidaria de cara al 2023.
El socialismo espera
El Partido Socialista no firmó el documento público en contra del aumento de las retenciones. No es porque no esté de acuerdo con el texto –de hecho Mónica Fein fue una de las primeras en alzar la voz en contra del incremento de este arancel-, sino que el plano interno y las dudas de participar en el armado del frente de frentes es lo que dilata la definición directa y pública.
Hoy se debate entre formar parte del gran acuerdo y, la otra postura, sostener el perfil progresista y no acordar con partidos de derecha nacional. “¿Para qué traicionar nuestra historia si estamos en un momento de transición y de renovación de dirigentes? No hay que apurarse”, dice una voz importante de la mesa del socialismo. Pero, por otro lado, hay corrientes internas que están dispuestas a discutir el acuerdo programático con las fuerzas de Juntos por el Cambio para enfrentar al peronismo en 2023.
La cabeza del partido de la rosa está puesta en fortalecer su relación con los gobiernos locales, donde reserva su mayor fortaleza política dada la cantidad de localidades que les son propias o de dirigentes aliados. Engrosar ese vínculo va a ser el argumento clave de cara al año próximo para llegar con fortaleza a las negociaciones.
Otro argumento que sostienen es que cualquier proyecto legislativo que hoy quiera prosperar, tiene que ser negociado con ellos por su mayoría en la Cámara de Diputados. Imponer el ritmo de los proyectos, al menos en este tiempo, va a hacer que el diálogo con el gobierno provincial y con la oposición tenga que pasar por la presidencia del cuerpo que ostentan ellos, y eso los va a posicionar. Por último, ponen sobre la mesa, a la hora de entablar las relaciones políticas, su capacidad de disponer 100 cuadros técnicos hoy mismo para llenar cualquier gobierno, ya sea provincial o municipal.
No tienen candidatos firmes, y lo saben. Entonces intentarán fortalecer las demás aristas a la espera de que aparezcan definiciones del resto de los actores de la política santafesina. Mientras tanto, mantienen cautela y no se asustan a la hora de pensar que, a lo sumo, se transformarán en una minoría con la posibilidad de arrancar el camino de vuelta. Muchos creen que esa sería el acta de defunción del partido de la rosa, pero desde adentro lo leen como una posibilidad de refundar el espacio del progresismo.
Se enciende la luz de la reforma
El proyecto político de Omar Perotti para este 2023 es poder instalar la discusión de la autonomía para los municipios. Los gobiernos locales lo ven como una oportunidad de poder vender a sus ciudadanos un logro histórico de gestión. Pero en los últimos días empezó a gestarse la idea de, al menos, discutir nuevamente la posibilidad de la reforma de la Constitución.
Hay dos proyectos presentados en la Cámara de Diputados de reforma. Uno de Gabriel Real, presidente del PDP y legislador provincial, y otro de Nicolás Mayoraz, del espacio que ingresó con Amalia Granata a la Legislatura. Desde el gobierno provincial no ven con malos ojos la posibilidad, y se entusiasman con la idea de poder avanzar aunque los tiempos están justos.
Por supuesto, la idea de la reforma se dilata por dos temas centrales: que el gobernador de turno no renuncia a la posibilidad de una reelección, y que la Legislatura en su conjunto, tanto el Senado como los diputados, no quieren perder sus privilegios. Para qué correr el riesgo de ir a una elección de reforma y que gane un liberal, que se lleve la mayoría de los congresales y proponga un nuevo sistema político para la provincia.
Este esquema no parece ser la excepción, a pesar de la nueva y buena relación de Perotti con el Senado. En diputados tiene que negociar con muchos espacios y no está el escenario dado para semejante contexto. De hecho, le costó 3 meses poder aprobar un presupuesto, dada la resistencia de la oposición en la Legislatura. Sin embargo, es una llama que se encendió y que el gobierno quiere apantallar para ver si se agranda el fuego.
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