“La organización de Alvarado es una estructura de poder que creció gracias a los resquicios de la legalidad y contó con apoyo de funcionarios por acción u omisión”, sostuvo el fiscal Luis Schiappa Pietra, el 9 de mayo de 2022, en el inicio de la undécima semana del juicio a Esteban Alvarado, en la que presentaron los alegatos de la acusación.
“Con la mafia no se jode fue un sello, una consigna utilizada por Alvarado para pegarle a ‘Los Monos’. Una persona fue significativa en esa investigación, Chulo Olivera. En realidad el escándalo institucional que es esta provincia que es aprovechado por Alvarado. Al que se suma Pablo Báncora…”, agregaba Schiappa Pietra.
“Hay escuchas que demuestran que Alvarado tenía incidencias en nombrar el jefe de la policía de la provincia y poner otros para desviar investigaciones”, sostuvo el fiscal. Se refería al comisario Cristian Sola, el hombre que reemplazó a Hugo Tognoli en el tumultuoso y oscuro octubre de 2012, cuando gobernaba Antonio Bofatti y el ministro de Seguridad era Raúl Lamberto. Tiempo después, Sola fue denunciado por enriquecimiento ilícito pero la causa no pasó a mayores. Una vez más habría que repetir eso del “escándalo institucional que es esta provincia”.
El 10 de mayo, los fiscales aseguraron que en el año 2012 Alvarado colaboraba con la policía para localizar autos robados en pleno centro rosarino, según se desprende de la causa que hizo el fiscal Patricio Ferrari de Buenos Aires.
En aquellos días, Alvarado se hacía llamar “primo Jaime”. Y al mismo tiempo que precisaba cuál camioneta o chata era mejor para el secuestro de Maldonado, el jefe de la banda se preocupaba por la documentación: “…me interesa que esté bien de papeles”. Alvarado construía falsas coartadas, alteraba evidencias y corrompía funcionarios públicos, dicen los fiscales.
“…a mi no se me escapó nada…yo desde 2012 no robaba autos, compraba autos robados”, dijo Alvarado. En los 4.500 audios analizados de Esteban Alvarado jamás dijo que lo engarronaron, que le inventaron cosas. Alvarado y Báncora generaron un sistema de teléfonos espejos. Conversaciones falsas de teléfonos vinculados a los reales. Objetivos varios, entre ellos incriminar a “Los Monos”. Lo cierto es que más de cien personas trabajaban para Alvarado.
El viernes 13 de mayo, fue la fecha final para los alegatos de los fiscales. Una vez más la cita fue en el Centro de Justicia Penal de la Provincia de Santa Fe. Algo que debió hacer la justicia federal diez años atrás y que ni se mencionó en el costoso circo cargado de hipocresía que fue el desembarco de la Corte nacional en Rosario. Mucha sangre derramada en los barrios para ser indulgentes con esta gente privilegiada de la justicia federal. Mucha complicidad por elegida omisión.
En esa jornada final de los alegatos de los fiscales se explicaron algunas maniobras de lavado de dinero. Una persona compra un campo en Coronel Bogado por 1.900.000 pesos en un solo pago. En 2014, en su declaración jurada, sostuvo una pérdida de 80 mil pesos. No tenía justificación para semejante operación. Una de las maniobras de lavado de dinero a través del abogado Claudio Tavella en beneficio de Alvarado. Tavella está condenado por esta operación.
En otro inmueble, ubicado en Puerto Roldán, también construyen varias capas de supuestas personas dueñas para alejar la identidad del verdadero beneficiario, Esteban Alvarado. Allí se encontró documentación de dos empresas supuestamente independientes, “Toia” y “Logística Santino” pero que en realidad eran de Alvarado. La misma mecánica que los directivos de Vicentin para lavar dinero.
Uno de los socios de Alvarado, Greci Hassi, fue imputado de proveer inmuebles, bienes de motonáutica por 130 mil dólares, pagos, compra de dólares y hasta remodelaciones de las viviendas en la isla; todo a favor de Alvarado. Está acusado de maniobras de lavado de activos y asociación ilícita.
Los fiscales pidieron para Alvarado prisión perpetua. Para Mauricio Laferrara, prisión perpetua, al igual que para Facundo Almada, Matías Ávila y Juan Fernández. Para Miguel Greci Hazzi, 8 años y la señorita Girardi, 6 años.
Pero más allá de las penas pedidas y las que realmente se impongan, la sensación es que cuando Alvarado quede desplazado del negocio, otro ocupará su lugar. Como diría el Chapo Guzmán, los jugadores cambian, el juego no. Hay prisiones perpetuas pero los negocios tienen garantizadas su perpetuidad.
Fuentes: Audiencias públicas de los días 9, 10 y 13 de mayo de 2022, del juicio a Esteban Alvarado en el Centro de Justicia Penal de Rosario en las que estuvo presente el autor de esta nota.
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