Al parecer, el contexto económico y de violencia que padece Rosario, se ve reflejado en la llegada de turismo a la ciudad para Semana Santa, y provocó que las reservas sean las más bajas en años.
“Nunca perdemos las expectativas, porque siempre las reservas en Rosario para estas fechas se hacen a último momento. Pero está muy complicado, principalmente por la economía. Creemos que vamos a estar lejos del piso que necesitamos”, dijo uno de los testimonios del sector involucrado.
Durante los últimos tiempos Rosario recibe muchas visitas de dos o tres noches, principalmente de provincias vecinas como Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos. Por eso, cada fin de semana largo es preciado para los hoteles. El de Semana Santa,que este año durará seis días, es una celebración que se aguarda con mucha anticipación.
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