Gustavo Ponce Asahad declaró en el juicio que se viene llevando adelante en el Centro de Justicia Penal por el crimen del casino, ocurrido en enero de 2020. Se trata del ex fiscal que fue destituido y luego condenado en juicio abreviado al asumir su responsabilidad en la causa por corrupción y vinculación con el juego ilegal que surgió al investigar el homicidio en el City Center. Y en su presentación este viernes como testigo, brindó detalles de la relación que tenía uno de sus empleados del MPA que dependía de él cuando se cometió aquel asesinato con la banda Los Monos. Además, mencionó que existían vínculos del senador provincial Armando Traferri con el capitalista del juego ilegal Leonardo Peiti, también mencionado en la investigación.
El hecho que se viene sometiendo a juicio en el CJP hace varias semanas es el homicidio de Enrique Encino, gerente del Banco Nación de Las Parejas que ocasionalmente estaba en Rosario la noche del 11 de enero de 2020 y que recibió un balazo cuando salió a fumar en uno de los balcones del casino. Con la evidencia recolectada en este tiempo, los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra buscan demostrar ante el Tribunal que ese atentado fue encargado por Maximiliano “Cachete” Díaz, integrante de Los Monos, como parte de una serie de extorsiones que venía llevando adelante la banda. Dos de los líderes de la organización criminal, “Guille” Cantero y “Toro” Escobar, también están acusados en este juicio.
Cuando Edery y Schiappa Pietra encontraron datos de que habían existido extorsiones previas hechas por la misma banda que había ido a disparar al casino, detectaron también que había actores dentro del propio MPA que tenían contacto con Los Monos, a los que le filtraban información: un par de días antes del atentado, caen detenidos dos hombres que estaban merodeando el casino, por un control de documentación al vehículo en el que circulaban. Y Peiti se comunica con Nelson Ugolini, empleado de la Fiscalía de Ponce Asahad, para conocer su situación legal.
En primera instancia, ellos iban a ser los encargados de llevar dos autos con un explosivo hasta el estacionamiento subterráneo del City Center, pero al ser demorados por la policía se activó un “Plan B” con un tirador en moto, que fue lo que finalmente sucedió. Al declarar este viernes, Ponce Asahad explicó la relación suya con Ugolini y de éste con Peiti.
“En 2018, cuando todavía estábamos en el palacio viejo de calle Montevideo, el doctor Serjal me asigna como empleado a Nelson Ugolini y a Virginia Lara. Estábamos en una oficina que no tenía ventanas. Entra alguien y dice: ‘¿Serjal está?’. Yo lo miro con mala cara y le digo que primero tenía que presentarse y saludar, luego le respondí que no estaba Serjal. Esa fue la primera vez en mi vida que vi a Ugolini. Él hasta ahí trabajaba en la Unidad NN, donde después yo supe que había muchos legajos vinculados al juego ilegal”, dijo Ponce Asahad.
Ponce dijo que cuando se muda la sede del MPA, él no sabía manejar el nuevo sistema informático pero que sí sabía haccerlo su empleado Nelson Ugolini. “Hoy leí antes de venir que había notas de prensa de cuando fui procesado en 2020 que se titulaban Sospechan de filtraciones desde una Fiscalía a Los Monos. Quiero decir que nunca tuve relación con un mono, ni con un monito, ni con la monada. Con nada. No tuve nada que ver con esa banda criminal. El señor Ugolini era quien tenía relación con Peiti y con el señor Cachete Díaz, que si está viendo ahora el debate por Zoom me podrá desmentir”, enfatizó.
Peiti, Traferri y otras extorsiones
Durante la audiencia se revelaron audios y chats entre Cachete Díaz con su pareja, Flavia Broin, que hacía de cobradora en varias de las extorsiones, como la que tenía como víctima a los propietarios del bar de la esquina de Montevideo y San Martín. Generalmente, se hacían alusiones “al de anteojitos”, en referencia a “Guille” Cantero, cuando se pedía más plata.
La pesquisa también llegó a conocer que Leonardo Peiti, capitalista del juego ilegal, hacía de puente entre los extorsionadores y algunos de los empresarios extorsionados, como Pablo Fortuny, titular de una financiera céntrica al que le pedían cinco mil dólares por mes. “Le puedo bajar a tres mil por mes, hasta ahí llego”, decía Díaz en una de las conversaciones con Peiti.
Según la evidencia que apareció durante la investigación, el empresario del juego ilegal también había pagado coimas a dos fiscales: Gustavo Ponce Asahad y su jefe Patricio Serjal, que fue fiscal regional de Rosario hasta que cayó por esta causa. En la misma causa, aparecieron además menciones a Armando Traferri, a quien todavía no se pudo imputar porque se amparó en sus fueros.
Sobre el senador sanlorencino, el ex fiscal dijo este viernes en el Centro de Justicia Penal: “Yo llego a Peiti a través de Traferri, que va a calle Montevideo, al palacio viejo del MPA. Éramos varios los fiscales ahí cuando va el senador. Estaban Urriticochea, Caterina, Ríos Artacho, entre otros. Habrán sido las 11 de la mañana. Yo llego y lo veo, nunca habíamos hablado, no lo conocía personalmente. Ahí mismo me dice Traferri en la planta baja del edificio que Serjal le había dicho que yo iba a ser su interlocutor. Me pide el número de teléfono y me hace una llamada perdida”.
Ponce Asahad también recordó que el 4 de agosto de 2020 fue detenido, después de una audiencia que se hizo en el mismo CJP en el que declaraba ahora. “La entonces auditora del MPA y hoy jefa de los fiscales de toda la provincia, había encabezado un allanamiento poco antes, el 29 de julio. Ese mismo día yo solicité mi licencia y enseguida me notifican que había sido suspendido, con un cobro al 50 por ciento de los haberes hasta febrero de 2021. Para esa fecha, estando en el ORDER, recibo una documental firmada por Rodenas y por el hijo del doctor Rafael Gutiérrez, entonces presidente de la Corte provincial, advirtiéndome que había sido removido del cargo. En septiembre de 2021 recupero mi libertad y firmo un abreviado. Se me impuso una condena de 3 años”, detalló.
Otro fragmento de lo dicho por Ponce dio más detalles sobre los vínculos de su ex empleado Ugolini con el capitalista del juego ilegal. “Cuando la madre de Ugolini queda viuda, vivía en Venado Tuerto. Y ahí él quería tenerla cerca. Entonces busca para alquilar una casa para su mamá. Yo entonces le digo: ‘Coqui, si necesitas una garantía, yo te presto’. Después me enteré que la casa adonde fue su mamá, era de Peiti”.
“Acá se probó la filtración de datos reservados de la Fiscalía, desde Ugolini a Peiti después del terrible hecho del Casino, pero él anda como pancho por su casa”, agregó Ponce. Que dijo finalmente: “A mí me hicieron una emboscada Peiti y Traferri. Porque a mí el abogado de Peiti, ese que usaba moños extravagantes que después murió, me cita a una reunión a la que va a ir el senador, a la que al final no va. Y eso les sirvió para que yo quede registrado en las cámaras de esa cochera, esa noche en Pichincha”.
Por último, el ex fiscal pidió permiso para disculparse con la familia del contador Encino, “porque sé que mi Fiscalía quedó vinculada a ese terrible hecho del Casino. Pero no tuve nada que ver. Quien filtraba información a Peiti y a Los Monos, era Ugolini desde su computadora. Yo no tengo custodia, ni la quiero. Pero a partir de esta declaración, tengo que sumarlos a la lista de los que tendrían que buscar si a mí me pasara algo: Traferri, la vicegobernadora Rodenas, Peiti y también ahora Los Monos”.
El ex fiscal, que dijo que durante su tiempo en prisión aprovechó para mejorar sus estudios de árabe, cerró con un “Ulmak Tula Alma Sabin: Lo que va a suceder está escrito en nuestra frente”.
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