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Policiales

Pidieron ocho años de prisión para el financista Gustavo Shanahan por vender dólares a una banda narco

En el juicio por narcotráfico que se viene llevando adelante desde el mes pasado en los Tribunales Federales de Rosario por la denominada “Causa Shanahan”, se realizaron este miércoles los alegatos de clausura del debate en una maratónica audiencia de seis horas. En ese marco, el fiscal Federico Reynares Solari solicitó ocho años de prisión para Gustavo Shanahan, el financista rosarino acusado de vender dólares a una banda narco liderada desde la cárcel por el aviador peruano Julio Rodríguez Granthon. Para este último, solicitó doce años más de condena que se sumarían a otras que ya viene cumpliendo: en total, la pena unificada que se pide para Granthon sería de 23 años.

La novedad en este caso respecto a otras oportunidades en las que se llevó a la justicia en Rosario a financistas que vendieron moneda extranjera a un grupo narco es que ahora la Fiscalía no pide llevar a prisión a Shanahan por haber cometido un delito vinculado a la Ley de Intermediación Financiera, sino que lo haría por haber violado la Ley de Estupefacientes, la 23.737. El avezado financista, presente en los Tribunales durante todas las audiencias a lo largo del último mes, tiene tobillera electrónica desde el día en el que allanado en 2021. El resto de los acusados está en la cárcel y siguió el juicio por Zoom.

Respecto a la continuidad del debate, el jueves será el turno del alegato final de las defensas. Es que este miércoles a las seis de la tarde los jueces Osvaldo Facciano, Mario Gambacorta y Eugenio Martínez decidieron pasar a un cuarto intermedio, tras las largas alocuciones de los que ya habían hablado.

La investigación por la que se llegó a este juicio fue realizada por la PROCUNAR y la Fiscal Adriana Saccone en 2021. Y tuvo que terminar abruptamente después de dos ataques a balazos a policías que hacían tareas de inteligencia en la zona de Villa Banana, uno de los puntos donde vendía estupefacientes la banda. Después de esas balaceras, se decidió la realización de los allanamientos en forma urgente. Además de irrumpir en lugares donde se producía y vendía cocaína, se allanaron oficinas céntricas donde los investigadores habían detectado que llegaba con fluidez el dinero recaudado por la organización. Allí, en Ovidio Lagos al 400 y en España al 800, se cambiaban los pesos por dólares.

En el comienzo de su alegato, que duró de más de una hora, Reynares Solari mostró una captura de Google Maps que marcaba el recorrido desde Villa Banana al centro de Rosario, pasando primero por una oficina en Ovidios Lagos al 400 primero cuyo titular está prófugo de la justicia y luego seguir a calle España casi Rioja. Allí tenía sus oficinas Gustavo Shanahan y allí se encontraron varios bolsos con millones de pesos de baja denominación cuando fueron allanadas en setiembre de 2021. Para la acusación, ese dinero era la recaudación en pesos que llegaba desde los búnkeres de la banda de Rodríguez Granthon, para ser cambiado por dólares. En ese momento, el fiscal dijo: “Esta línea azul sobre el mapa muestra el avance del narcotráfico sobre Rosario, casi como si fuera el movimiento de los panzer alemanes durante la Segunda Guerra Mundial”. 

En otro fragmento de su intervención, Reynares habló sobre la frecuencia con la que los bolsos llegaban a las oficinas allanadas: “Durante el seguimiento que se hizo para la causa, pudimos ver lo que pasó durante dos meses. ¿Y cuántas veces fueron en esas ocho semanas desde Villa Banana a calle España? Nueve. Lo que da una frecuencia de una vez por semana”. Mientras lo explicaba, mostraba imágenes de entrada y salida de los acusados con mochilas de las “cuevas”.

Una de las fotos, tenía a Shanahan sonriente junto a Marcos Díaz,  un ex rugbier prófugo de esta causa, sospechado de ser el enlace directo con los búnkeres y que controlaba la “cueva” de calle Ovidio Lagos. El día de los allanamientos, se enteró que estaban irrumpiendo en su oficina cuando ya había salido de su casa en Funes y logró evadirse de la policía. Desde aquel entonces, nunca más se supo de él. Quien sí cayó detenido fue otro rugbier, Román González, que trabajaba para él.

En su iPhone, secuestrado en octubre de 2021 cuando se allanó su departamento, Shanahan dejó a la vista algunos chats y contactos que sirvieron como evidencia para el juicio. El fiscal detectó, en primera instancia, que se habían borrado las conversaciones entre marzo de ese año y el día de los allanamientos. Además, Reynares Solari detalló una conversación del acusado con otro financista rosarino hablando sobre una resonante causa judicial que se había iniciado con el crimen de un narcotraficante que había comprado dólares en una “cueva” en pleno centro unas horas anes de ser asesinado.

En ese chat, un colega le dice al financista Shanahan sobre esa causa: “Para que te quedes tranquilo. Pasaron todo lo de Cofyrco a Delitos Económicos. Se pudo desvincular lo de la falopa”. En la misma charla, ambos coinciden en que sería bueno cambiar los teléfonos. 

En el inicio de la jornada, Rodríguez Granthon había pedido ampliar su declaración. Dijo que la causa “está armada” y que se lo quiere condenar con pocos elementos. “Me juzgan por mi pasado. Yo tuve dos condenas antes, pero acá no tienen ninguna evidencia. Solamente unos audios que hablan de la Sprite y la Manaos”. La referencia era a unas escuchas que se ventilaron durante la audiencia en la que el aviador peruano le dice a Facundo “Jirafa” Pérez, que para Fiscalía era su lugarteniente en el territorio.

Su abogada, Mariana Barbitta, ya había sostenido a lo largo de todo el juicio que las pruebas no eran suficientes para condenar a Granthon. Por último, entre los acusados estaba Néstor Sciotta, vinculado a la cooperativa láctea La Cabaña, que aparecía haciendo movimientos económicos con Marcos Díaz. Este miércoles, al alegar, el fiscal lo desvinculó de la cusa. El abogado defensor del cooperativista fue Carlos Varela, que celebró la decisión de Fiscalía.

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