En audiencia preliminar de juicio, el fiscal Alejandro Ferlazzo presentó este lunes en el Centro de Justicia Penal de Rosario la acusación contra Mauricio Maronsini, el ex prefecto que el último 20 de enero mató a su mamá y el novio de ella. El doble crimen ocurrió en la zona sur de la ciudad y conmovió a los vecinos.
Tamara Marionsini, la madre del asesino, era una almacenera muy querida en el barrio Plata. Su hijo, de 34 años, la mató y quiso esconder el cuerpo. También asesinó a la pareja de ella, Silvio Martini . La escena quedó cruelmente registrada en las cámaras de seguridad de la casa, que sirvieron como evidencia para el fiscal Ferlazzo. Luego de los crímenes, el ex prefecto quiso escaparse.
La calificación legal del hecho fue la de homicidio calificado por el vínculo, por mediar un contexto de género, por ensañamiento y por alevosía, respecto de Tamara. En el caso de Silvio, su pareja, se acusará al criminal por homicidio calificado por ensañamiento y por alevosía. Además, se sumará acusación por hurto agravado. Mauricio, el ex prefecto, se quedó en casa de su madre cuando esta cerró el almacén, matarla. Y allí, en bolsas de consorcio que sacó del mismo negocio, quiso esconder los cuerpos. Todo pasó durante la madrugada, en una casa de Vera Mujica al 4800.
El Juez Hernán Postma ratificó la acusación y determinó que Simonsini siga prisión preventiva efectiva por el plazo de ley. El cuchillo con el que el ex prefecto atacó a sus víctimas fue uno de carnicero: A su madre la apuñaló en distintas partes del cuerpo, con la intención de provocar su fallecimiento, cuando ella apagaba la luz del almacén que estaba pegado al comedor de la vivienda e intentaba pasar desde el comercio hacia el comedor por la puerta que dividía los sectores.
Según la cronología que contó el fiscal en audiencia, luego de esas primeras puñaladas y con su madre herida en el almacén, Simonsini subió corriendo al dormitorio ubicado a pocos metros, donde estaba durmiendo el novio de su mamá. Ahí lo apuñaló, cuando su segunda víctima se encontraba indefensa sobre la cama. Después volvió abajo y continuó acuchilando a la mujer, para arrastrarla hasta el comedor, con ella todavía viva. Enseguida, repitió la faena con el hombre, otra vez arriba, para terminar de matarlo. Silvio Martini falleció por lesión vascular cervical y pulmonar izquierda grave por arma blanca, y Tamara Marionsini falleció por lesión vascular cervical y pulmonares graves por arma blanca.
Después de lograr matar a los dos, el asesino robó plata del almacén y lo contó arriba de la mesa del comedor. Además, se llevó los celulares de sus dos víctimas. Antes de escaparse, se cambió la ropa. Él vivía en la planta alta de la casa, conectada con el resto de la vivienda por una escalera exterior. Más tarde, contó el fiscal, hizo tareas de limpieza de sangre y ocultamiento de los cuerpos sin vida. Tras esconderlos en bolsas en el patio, limpió la sangre en todos los ambientes y metió las sábanas en el lavarropas. A los empleados de su mamá les mandó mensaje diciendo que no fuera al negocio, porque no iba a abrir ese día, haciéndose pasar por su mamá.
Poco antes de las siete de la tarde de ese día, alguien de la cuadra llamó al 911 porque llamaba la atención que no estuviera Tamara, que siempre abría su almacén. Cuando llegó el personal policial y con ayuda de una vecina entró a la casa, constató la presencia de un cuerpo sin vida. En esas circunstancias, el doble homicida se trepó por el tapial que da al sector trasero del domicilio y se escapó por un pasillo que tiene salida a calle Comodoro Rivadavia. Quiso huir en un Uber, pero finalmente terminaría detenido.
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