Marcelo Villanúa, ex jefe de policía de Rosario y la provincia, fue allanado en la mañana de este sábado. El operativo se inició a raíz de una secuencia de casos de presunta corrupción económica, desarrollados durante sus gestiones al frente de la institución.
El Organismo de Investigaciones, el Grupo de Operación Táctica y la Tropa de Operaciones Especiales requisaron siete domicilios: dos corresponden a funcionarios policiales de altas jerarquías.
Se trata de otros dos uniformados del área de compras: Francisco Fernández -jefe de logística-, y Luis Gómez, habilitado en Administración y Finanzas.
En este sentido, entre los hechos analizados por la fiscalía de Unidad de Criminalidad Organizada de Delitos Complejos, está la creación de empresas subordinadas al grupo policial. Según trascendió, el fin de las entidades se basaba en prestar servicios pagados por los agentes, con la ventaja de conocer las ofertas de los competidores y cotizar menos.
Así, por ejemplo, compitieron con firmas formadas para cortar el pasto y facturaron más de 6.000.000 solo en 2017.
Aparentemente, dichas empresas estaban a cargo de titulares que prestaban facturas a los policías jerárquicos y estos se llevaban una cantidad menor del dinero cobrado.
La investigación comenzó en el año 2019, a partir de una amenaza a un funcionario policial. Una vez registrada la denuncia por presuntas irregularidades en la gestión de compras, el Fiscal David Carizza ahondó en la situación y desembocó en los operativos de este sábado.
En los allanamientos se secuestró tanta documentación sobre las contrataciones que llenaron 44 cajas. Los contenidos fueron analizados por un equipo integrado por economistas, criminólogos, abogados y personal policial. El grupo detectó, después de dos años, una maniobra que develó el entramado ilegal, en el cual se defraudaba al erario público a través de pagos de sobre precio y favoritismo a ciertos proveedores.
Asimismo, a principios del 2020 se realizaron nuevos allanamientos en las Direcciones Generales de Administración de Jefatura de Policía y del Ministerio de Seguridad. Los informes secuestrados en las entidades confirmaron que el entramado corrupto tenía lugar en Rosario.
Villanúa fue jefe de policía durante la administración del ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro. Durante esa gestión se detectó un mecanismo similar de desvío de dinero para compras de parte de los ex jefes de policía de la provincia Rafael Grau y Omar Odriozola, acusados de ser los jefes de una asociación ilícita.
Por otra parte, el ex jefe policial fue vinculado a la pareja de Maximiliano “Cachete” Díaz, organizador de una asociación ilícita. La información develada puso bajo la lupa a los Jefes de Fiscales, a Leonardo Peiti y a Armando “Pipi” Traferri.
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