El fiscal Adrián Spelta acusó este martes a Valentino Ezequiel R. por el crimen de Jorge Drake, de 44 años, que murió en septiembre pasado después de permanecer diez días en terapia intensiva. Había sido baleado en la madrugada del 28 de agosto, en Castagnino y Anchoris. De acuerdo a lo que pudo conocerse de la acusación, la víctima estaba con su pareja y para festejar su aniversario fueron hasta un búnker a comprar drogas, en las inmediaciones del barrio Parque Casas. Y allí, el hombre terminó baleado.
En la descripción que hizo el fiscal ante el juez Nicolás Foppiani, hubo otros detalles de la escena del crimen: al llegar al búnker con su mujer, Drake le habría entregado el dinero al soldadito que lo atendió, que un rato después iba a volver sin la plata ni la droga. Allí, quien terminaría siendo atacado empezó a tirar piedras y a pedir a los gritos por un tal Mauro, que se presentó junto a Valentino R. Este le insistió al comprador de esa madrugada, que se negaba. Y entonces decidió balearlo. El disparo dio en la zona inguinal izquierda de Drake que fue trasladado al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde permaneció por más de una semana pero pero no pudo sobrevivir.
El hecho pudo esclarecerse porque dos días después Valentino cayó detenido, por un hecho de robo en la zona norte. El joven, que vivía a dos cuadras de Plaza Alberdi, tenía en su poder el arma que se había utilizado para dispararle a Drake, tal como establecieron las pericias balísticas. Y tras haber sido inicialmente imputado por robar, ahora sumó la imputación por el homicidio porque a quien él había herido frente al búnker, finalmente murió.
Quienes siguen de cerca las crónicas policiales resaltaron, luego del hecho que protagonizó Drake con su mujer en la madrugada del 28 de agosto, que en los últimos años hubo varias balaceras en ese mismo punto. Y una de ellas terminó con otro asesinato, el del verdulero Luciano Giménez, acribillado por la espalda con seis disparos y sin que le hayan robado nada.
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