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Policiales

Nuevos detalles del crimen de “Pillín” Bracamonte: la mentira que dejó preso al dos de la barra canalla

La policía trabajando en el lugar donde habían matado minutos antes a Bracamonte.

El doble crimen de Andrés “Pillín” Bracamonte y Daniel “Rana” Attardo de noviembre pasado tuvo novedades este jueves 26 en sede judicial. Es que el fiscal Alejandro Ferlazzo imputó a Leopoldo “Pitito” Martínez, número dos de la barra de Rosario Central, por haber mentido sobre su participación en la escena y haber robado un teléfono clave para la investigación.

Concretada la imputación, el juez Hernán Postma resolvió rápidamente la prisión preventiva para “Pitito”, que aspiraba a suceder a Bracamonte como jefe de la barra canalla tras la muerte de “Pillín”.

Los hechos y la versión de “Pitito”

La noche del 9 de noviembre, cuando se escucharon los tiros en la esquina de Boulevard Avellaneda y Del Valle Ibarlucea a pocas cuadras de la cancha de Central, mucha gente se agolpó sobre la camioneta en la que viajaban Attardo al volante y Bracamonte como copiloto. En ese contexto, “Pitito” Martínez tomó el volante de la S10 y llevó a “Pillín” al Hospital Centenario. El jefe de la barra de Central era su amigo y según él mismo diría luego, intentó salvarlo.

Bracamonte ya había muerto por los cinco disparos que había recibido. Lo que contó hoy Ferlazzo fue que Martínez dijo a la policía que él “estaba cerca de la camioneta y que la S10 se estaba moviendo cuando se dieron los tiros”. Sin embargo una cámara de seguridad lo muestra acodado en la ventanilla en la que estaba “Pillín”, con el vehículo ya detenido.

En la siguiente escena, “Pitito” parece correrse para que disparen, no hace nada para evitar los tiros y tampoco corre al tirador. Lo describió el fiscal narrando lo que muestran los videos de aquella fatídica noche en la audiencia de este jueves 26 de diciembre. Ni el abogado de Martínez, ni él mismo que seguía la instancia judicial desde la cárcel y por Zoom desmintieron lo dicho por Ferlazzo.

Andrés “Pillín” Bracamonte, asesinado el pasado 9 de noviembre.

La imputación y la pena posible

Por este dato, la imputación habló de falso testimonio. Además, Martínez quedó preso por hurto agravado, más encubrimiento agravado por la gravedad del delito precedente, por haber sacado de la camioneta con la que había llegado hasta el Hospital una riñonera con un teléfono Xiaomi que estaba escondida bajo el asiento del conductor. Ese dato también fue descubierto un video que consta en la causa, es la imagen tomada por la cámara de seguridad del Centenario. El celular era uno que usaba Attardo, un segundo aparato suyo del que “pocos sabían de su existencia”, indicó también Ferlazzo. Al día siguiente de los hechos, Martínez le había ocultado este dato a la justicia.

Los máximos legales de pena en expectativa, por lo que sumados darían como máximo 12 años de encierro efectivo. La figura de encubrimiento podría cambiar a una figura más gravosa, según cómo avance la investigación.

La sospecha sobre la policía y el camino distinto

La audiencia resolvió rápidamente la prisión preventiva para Martínez. Vale la pena recordar el que hijo del imputado había insistido con la inocencia de “Pitito” respecto del crimen, argumentando la amistad de años de su padre con Bracamonte, jefe de la barra canalla durante 25 años y hasta el día de su muerte.

Sin embargo, en la audiencia de este jueves el fiscal Ferlazzo brindó datos que podrían indicar una participación gravosa de “Pitito” -número dos de la barra de Central- en la ejecución del crimen. El funcionario del MPA repitió varias veces que Bracamonte había cambiado su recorrido habitual, porque había “recibido una llamada” que le pidió ir hacia el lugar en el que lo mataron.

Los datos de esa comunicación podrían estar, según deslizó Ferlazzo, en el teléfono de Attardo que Martínez había hurtado, el Xiaomi que estaba guardado bajo el asiento del conductor en una riñonera.

Además, el fiscal mencionó en sede judicial que en el lugar donde se produjeron los disparos la luz del alumbrado público no funcionaba y que “Pitito” esperaba a Pillín justo en ese lugar. Ferlazzo también recordó otro dato inquietante, aún sin explicacón lógica: a pocos metros de los disparos había más de diez policías y el registro de sus movimientos indica que ninguno de ellos se movió hacia donde se había producido el doble crimen. ¿Participaron de la planificación y el encubrimiento? La justicia lo deberá determinar.

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