A dos semanas del balotaje que define el futuro de la Argentina, Pullaro y Javkin colocan su mirada en las próximas gestiones y salen en busca de fondos para obras trascendentales. La campaña nacional tomó protagonismo en el PJ porque no tiene armado de gobiernos locales, mientras que el acuerdo Macri y Milei no se siente en las calles ni en la dirigencia. Se tensiona el frente Unidos por los posicionamientos.
Dos agendas paralelas para el sprint final de una carrera que en la que la mayoría del no peronismo se mantiene al margen y desconoce lo acordado entre ex presidente y el economista. El gobernador electo definió rápido las cabezas de su gabinete y ahora llena los casilleros de los mandos medios, mientras Javkin mantiene bajo siete llaves a los nombres que pretende para su equipo e gobierno.
Durante su estadía en los EEUU -donde se reunió en busca de dinero con el BID y otros organismos, además de algunos encuentros por temas de seguridad en Nueva York- se distanció del apoyo a Milei y aseveró que cuando dijo que lo votaría en un hipotético balotaje lo hizo “en medio de un proceso electoral”.
Se suma, de manera orgánica, al posicionamiento de la UCR a nivel nacional, pero también del propio intendente de Rosario, que confirmó la misma línea con un comunicado de su Partido CREO, de Encuentro Republicano -el espacio de Pichetto en Santa Fe, del PDP y de su propia vice gobernadora Gisela Scaglia-, que mantiene la línea de Horacio Rodríguez Larreta de la neutralidad.
El PRO línea dura se mantiene firme con la convicción de que Milei es el cambio y lo desconocido, tal cual lo ha planteado Macri, y acompaña el acuerdo con Federico Angelini a la cabeza. Se suma a ellos un aliado directo de Pullaro, Gabriel Chumpitaz, que estuvo presente en el Foro ABECEB en donde expuso el ex presidente y no ve con malos ojos acompañar la candidatura del histriónico rival de Massa en la segunda vuelta.
La postura del Partido Socialista, que definió el apoyo a la candidatura del ministro de Economía actual, incomoda el arado del Frente Unidos para Cambiar Santa Fe por la contraposición con el otro extremo ideológico de los aliados. El espacio construido hace menos de un año que supo ganar las elecciones con más de 1 millón de votos tiene dos miradas radicalmente distanciadas, mientras que la mayoría de los actores se mantienen neutrales en la próxima competencia por el sillón de Rivadavia. Por el momento, desde la centralidad del poder político santafesino diferencian el esquema nacional del armado local, pero sin dudas que puede traer tensión a un movimiento en formación.
Javkin, por su lado, viaja a España y Portugal a un evento de Smart Citys, en donde se discuten los avances tecnológicos para ciudades inteligentes, y se reunirá con el alcalde de Barcelona, el alcalde de Lisboa y con personalidades del BID para reforzar las negociaciones que hizo con ellos el propio Pullaro. Se fue acompañado de Rogelio Biassi, su coordinador de Gabinete y ladero en estos temas de modernización del Estado Municipal.
Pullaro hace pata ancha en su equipo más cercano para el armado de su gobierno, y le resta importancia a la diferencia en las posturas sobre el posicionamiento en el balotaje. El frente a la santafesina ha tenido este tipo de desencuentros en el pasado, de hecho la UCR ha integrado Juntos por el Cambio a nivel nacional y el Frente Progresista en el plano local en al menos dos elecciones. Sin embargo, generó ruido interno la definición del socialismo y hasta se esbozaron críticas profundas en off de un lado y del otro.
El peronismo, sin responsabilidades en las futuras gestiones de las ciudades grandes de la provincia, y tras la derrota en la disputa por el gobierno central, encamina la campaña en el territorio para darle el músculo político necesario a la candidatura de Sergio Massa. Giuliano comanda la relación con el ministro de Economía, pero todos los sectores están a disposición para mejorar los vínculos en los barrios y penetrar en la clase media. Los sectores populares fueron el bastión de la elección en octubre, ratificado en la comparación de los mapas que en agosto se habían pintado de violeta y ahora pasaron a ser celestes.
Esta semana vimos fotos de los futuros 6 concejales del peronismo en Rosario, unidos y armando el esquema de trabajo en el Palacio Vasallo. También las organizaciones de base como el Movimiento Evita, La Cámpora, Hacemos y La Corriente coordinaron trabajos de volanteo en el territorio de la ciudad para reforzar la llegada a la ciudadanía con el mensaje.
Reforzar ese trabajo, a partir de subsidios directos a los trabajadores informales, formales y asignaciones sociales, y llegar con las instituciones intermedias que atraviesan la vida cotidiana de los más vulnerables en medio de esta crisis, es la línea de trabajo que tuvo el peronismo y continúa en la misma línea. La transferencia de recursos para la clase media se reforzó también con la devolución del IVA y beneficios impositivos varios, y se esperan algunos anuncios más antes del próximo 19 de noviembre. Con las herramientas del Estado, al límite de lo ético, pero con la convicción de que era la única manera de que el PJ sea competitivo en estas elecciones. Hasta acá el plan de dividir a la oposición y llegar a un balotaje mano a mano contra Milei salió a la perfección.
El camino de Massa es más prolijo, la narrativa ha sido unívoca desde el cierre de listas hasta la fecha, y la victoria sorprendente del pasado 22 de octubre lo colocó en un escenario inmejorable. Pero el acuerdo de Macri le dio a Milei cierta llegada a un electorado que lo miraba de reojo y en los cálculos las consultoras no ven una diferencia considerable entra ambos candidatos. La sensación en CABA es que va a ser una contienda pareja y nadie se anima a anticiparse al resultado, por lo cual las expectativas están puestas en lo que suceda en 7 días en el debate, a micrófono abierto, entre Massa y Milei para ver si la taba cae para un lado o para el otro. El partido se sigue jugando.
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