Javier Milei puso en marcha el nuevo encuadre geopolítico de la Argentina: decidió excluir de su ceremonia de asunción presidencial a los dictadores de Irán, Venezuela, Cuba y Nicaragua. El presidente electo no quiere que Ebrahim Raisi, Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega participen de los actos oficiales del próximo 10 de diciembre.
Las razones por las cúales no fueron invitados son razones que tienen pruebas contundentes: todos los días violan los derechos humanos y respaldan el terrorismo internacional, como sucede con Hamas, que asesinó a mas de 1.200 judíos en su ataque del 7 de octubre a Israel.
La decisión de Milei contrasta con la agenda internacional de la actual administración de Cristina Kirchner y Alberto Fernández, e incluso con la de Mauricio Macri, a cuya asunción vino aunque sea algún diplomático de cada uno de estos países.
En este contexto, la Cancillería envió invitaciones oficiales a Xi Jinping, Vladimir Putin y Lula da Silva, un poco esperando que la respuesta sea negativa, para dejar en evidencia que ellos son los que no quieren tener relaciones diplomáticas con la Argentina si no pueden depredarla.
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