John Burns, un empleado de una empresa de transportes, murió de una manera poco común. El hombre sufrió un accidente laboral y perdió la vida aplastado por 30 toneladas de arroz integral que lo asfixiaron y le causaron heridas contundentes en el pecho.
La compañía en la que trabajaba, llamada Associated British Ports Holdings, fue multada con casi 2 millones de libras esterlinas (2,1 millones de euros) tras admitir su responsabilidad en la tragedia y declararse culpable de cometer múltiples fallos de salud y seguridad. Según el Ejecutivo de Salud y Seguridad (HSE), Burns, junto con otros tres conductores, transportaba arroz desde un barco de contenedores a un cobertizo de almacenamiento en los muelles, el 25 de octubre de 2015.
Como no salió jamás del cobertizo, se lo buscó y se lo encontró con el camión extendido a su altura máxima, mientras que la carga se había desparramado. Posteriormente se halló al conductor debajo de las 30 toneladas de arroz. En ese sentido, se certificó que Burns sufrió “lesiones importantes en las piernas, heridas contundentes en el pecho y asfixia mecánica”.
Una investigación descubrió que Associated British Ports Holdings Ltd no había cumplido con su deber de llevar a cabo una evaluación de riesgos adecuada y suficiente, o de haber implementado las medidas de control apropiadas. También se descubrió que no habían “supervisado y monitoreado adecuadamente el proceso de vuelco” de la carga. La empresa se declaró culpable de infringir la Sección 3 (1) de la Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo, etc. de 1974. La compañía fue multada con £ 1.8 millones el 8 de octubre en Liverpool.
El inspector del HSE Bradley Wigglesworth, afirmó que “si se hubiera establecido un sistema de trabajo seguro y adecuado antes del incidente, este trágico incidente podría haberse evitado”. “Las empresas deben ser conscientes de que HSE no dudará en tomar las medidas de aplicación adecuadas contra aquellos que no cumplan con los estándares requeridos”, finalizó.
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