Migue Granados pasó por “Boing y sus Secuaces”

Con humor, música y sinceridad, Migue Granados supo ganarse un lugar en el corazón de más de un millón de personas y convertirse en una de las figuras más queridas en la red. Mientras graba un reality sobre cómo se construye una casa, el conductor de ESPN Playroom conversó con “Boing y sus Secuaces” sobre su presente, la exposición en las plataformas y Lionel Messi.

“Siempre me gustó todo lo que es consumo de herramientas, construcción y demás. Antes lo hacía en los Sims y ahora es mi vida real”, comenzó en diálogo con Nacho Moyano, Ale Arribillaga y Giuli Nardone. Y bromeó: “Los constructores ya me odian porque me meto en todo. Un día me puse las botas y fui al barro, siempre como jefe, nunca como trabajador”.

En la misma línea, explicó que el show se podrá visualizar en “Flow” y que pese a que “algunas marcas” son sponsors de la obra, el 80% salió de su bolsillo. “Me da cosa mostrarle a la gente mi casa, pero va a estar muy enmarcado en el reality. No es para que miren mi casa, sino para que conozcan desde la arquitectura”, agregó.

Al ser consultado por las publicaciones que aparecen en su lupa de Instagram, reveló que “está explotada” por imágenes de viviendas, el París Saint Germain, decoración y básquet.

“Me subí al barco de París con Zlatan en 2015. Desde ahí, siempre juego a la play con el equipo francés y hasta me compre toda la ropa, de capitalista que soy”, comentó acerca del desembarco del astro en el plantel parisino.

Asimismo, confesó que el astro lo sigue desde Sin Codificar “pero no regala ni medio like”. “Una o dos veces me puso me gusta nada más. De hecho, hoy le compartí un video del PSG y me clavó el visto“, indicó.

Por otra parte, confesó que los haters le dan “miedito” y que por ellos hay “laburos” que no desea hacer. “Por ejemplo, MasterChef. Ahí te exponen mucho y es demasiado”, manifestó.

Sobre “Últimos Cartuchos”, ciclo que encabezó hasta 2020, sostuvo: “Nos retiramos en la cresta de la ola, donde hay que hacerlo. A Martín (Garabal) y a mí nos mandan una banda de mensajes para que volvamos, pero medio que ya terminó. Estuvo lindo”.

“Cuando éramos chicos parábamos en la plaza Pringles y de ahí íbamos a romper las bolas. Una vez le dijimos a la Guardia Urbana que nos habían robado y les pedimos que nos llevaran hasta Salta y Roca, pero era mentira. Los usamos de taxi”, confesó sobre su infancia en Rosario.

Para finalizar, se sometió al ping pong producido por Fede Ludmer y no dudó en elegir a la esquina de Moreno y Tucumán como su lugar preferido en la ciudad. “El tatuaje del que más me arrepiento es una estrella con las iniciales de una novia, mi influencer fav es Merakio y el mejor canje que hice fue de vajilla”, detalló.

“Mis amigos no son famosos, pero dentro de este mundo me quedo con Dread Mar-I y lo peor que hice en los medios fue ‘Polémica en el Bar'”, concluyó.