Decenas de tweets se enlazan entre sí y forman un extenso muro de palabras. Como si se tratase de un desfile, algunos se pasean por el timeline adornados con imágenes, emojis y hasta hashflags. Unos tantos se enganchan para formar los famosos hilos y vislumbran con sus polémicos debates, mientras que otros sólo visten una única prenda: letras.
Son diversos los temas que se tratan al mismo tiempo: el estreno de una serie, catástrofes climáticas, estafas piramidales, conflictos bélicos y hasta la reacción de un gato comiendo limón. De repente, aquella sólida y variada estructura se tambalea. La variedad de tópicos desaparece y los posteos comienzan a girar en una misma dirección: el metaverso.
Aquellos fragmentos que abordaban diferentes temáticas comienzan a centrarse en un mundo del que pocos conocen, pero en el que todos quieren adentrarse. Al menos, por curiosidad. La noticia sobre un presunto abuso sexual entre avatares –identidad virtual que escoge un usuario dentro de un videojuego- invade la red y los tweets se triplican con el correr de los minutos.
“¿¿¿Metaverso??? Qué es eso”, escribe una internauta. “Ni idea, pero todos están hablando de lo mismo. Alguien que explique”, le responde otra. “Es un mundo 3D, re BlackMirror”, agrega un tercero.
Son tantos los cibernautas que comentan al mismo tiempo que el hecho se viraliza e ingresa al podio de los tópicos más comentados: las tendencias. Las palabras “Metaverso”, “Mark Zuckerberg”, “Realidad virtual” y “Bitcoin” escalan hasta llegar a la cima. El mundo comienza a hablar de algo nuevo y desconocido.
¿Qué es el Metaverso?
El Metaverso –portmanteu entre ‘meta’ y ‘universo’- es un concepto que se encuentra en medio de la realidad y la ficción. Si se tratase de un mapa, el punto de partida para comprenderlo estaría entre las páginas de la novela futurista de Neal Stephenson. En Snow Crash (1992), el autor estadounidense empleó el término para aludir a la continuidad de la realidad de forma virtual.
Desde allí, escritores y cineastas se apropiaron del término -a su manera- y lo aplicaron en distintas áreas. Entonces, prender la televisión y encontrar una película en la que el protagonista navega por espacios tridimensionales comenzó a ser parte de lo cotidiano. Lo mismo sucedió en los videojuegos, donde la interacción entre participantes se volvió hasta más atractiva que las misiones en sí.
Con el paso del tiempo, se incorporaron mejores gráficos, sonidos más realistas y hasta salas en las que los internautas podían reunirse antes de comenzar la partida. Un mundo virtual que no dejaba de poseer las características de lo que era: un juego. Los avances tecnológicos llevaron lo electrónico un poco más allá y rompieron con lo tradicional, permitiendo nuevas experiencias y sensaciones.
Al igual que en la historia de Stephenson, en la que los humanos podían experimentar una copia del mundo a través de dispositivos tecnológicos, el objetivo del metaverso es crear nuevas categorías y convertirse en un universo paralelo. En otras palabras, dejar de ser meramente un espacio de ocio y permitir una nueva forma de ¿vida?.
¿Vida real?
Son múltiples las ofertas que el nuevo ciberespacio permitirá realizar una vez que esté consolidado. Asistir al cine, al teatro o a conciertos son las actividades más llamativas, pero no queda atrás la posibilidad de obtener un empleo y ganar en monedas digitales que luego se podrán intercambiar.
Incluso, aquellos que estén en condiciones, podrán adquirir un terreno y edificar su propia casa. Y allí, el interés de las grandes compañías.
¿Cómo acceder?
Acceder a este espacio también será algo nuevo. No bastará con una consola, computadora, celular o tablet. Para ello, se necesitará un nuevo hardware que incluya una pantalla holográfica, proyectores, baterías, radios, chips personalizados, cámaras y sensores para detectar movimientos. Todos estos elementos deberán incluirse dentro de unas gafas de 5 milímetros de grosor.
En Argentina, el único modelo disponible es el Oculus Quest 2, dispositivo fabricado por Meta y lanzado a fines de 2020. El precio de este artefacto está por encima de los $100.000, sin contar los impuestos y gastos adicionales.
Magnates detrás del metaverso
Debido a la amplia gama de oportunidades que ofrece, múltiples empresas están interesadas en -aportar- participar. La más popular es Meta, cuyo propósito es que el metaverso se convierta en el nuevo internet. “Es la evolución de la conexión social. Se caracteriza por la sensación de estar en un lugar con otra persona, sin importar en qué parte del mundo te encuentres”, explica la compañía fundada por Mark Zukerberg.
Por su parte, Epic Games, conocida por haber desarrollado Fortnite y Roblox, anunció la inversión de 1000 mil millones de dólares para desarrollar experiencias. Sony, en tanto, ingresó al proyecto de una forma particular: está ayudando al club Manchester City a construir una réplica de su estadio para impulsar el negocio del entretenimiento deportivo.
No obstante, pese a las toneladas de información que circulan en la red, el Metaverso, tal como buscan crearlo, no estará disponible hasta 2032. Llegar hasta allí requerirá una inmensa innovación, tanto para quienes desarrollan los dispositivos como para quienes buscan adquirirlos. Striking Vipers, episodio de la mítica serie Black Mirror, es un fiel reflejo de lo que podría suceder.
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