Brandon Aramburu, preso en la cárcel de Piñero y delegado del Pabellón 6, le cobraba a los otros reclusos para conseguir privilegios y droga. Eso pasó al menos desde septiembre de 2022 hasta marzo de este año, con una aceitada trama de complicidades que empezó a quedar a la vista este jueves, durante una audiencia en el Centro de Justicia Penal con acusación del fiscal Franco Carbone ante el juez Hernán Postma. Por los hechos, también fue imputada Celeste Barjollo, la mujer de Aramburu. Ella era quien cobraba las transferencias que le hacían familiares de los detenidos que compraban cocaína, marihuana y también la posibilidad de estar alojados en un mejor lugar dentro de la penitenciaría: increíblemente, los encargos y los pagos se tramitabana desde adentro del penal por Whatsapp y se concretaban por billeteras virtuales.
Durante la audiencia, Carbone brindó detalles de la investigación que llevó adelante a partir de varias denuncias de testigos reservados que advertían sobre la existencia de una red en el Pabellón 6 de Piñero, organizada para la venta de droga. El fiscal logró confirmar el dato: detectó que durante más de un año se ingresaba cocaína y marihuana que le llegaba a Aramburu para comercializar con sus compañeros. Hubo al menos 50 presos que pagaron en total unos 14 millonees de pesos, con transferencias que hacía algún familiar suyo a Barjollo, mediante Uala y Mercado Pago.
“Pagaban para vivir mejor dentro de la cárcel, para poder estar en el Pabellón 6. Y también para poder seguir consumiendo”, relató una de las voces que aportó a la investigación del MPA. El Servicio Penitenciario Provincial, cuando supo de estas denuncias y de la causa que estaba abriendo Carbone, colaboró con el avance del trámite. En adelante, deberá verse si existía también complicidad de parte de los agentes del sistema, ya que la droga ingresaba a través de mujeres embarazadas que lograban evitar los cacheos en el acceso a Piñero. Además, los detenidos que pedían a sus familiares que se hicieran las transferencias, lo solicitaban por Whatsapp pasando el Alias en el que recibía el dinero la mujer de Aramburu. Desde 2023, cabe recordar, existe un inhibidor de señal que debería dejar incomunicados a todos lo internos. ¿Lo apagaban en algún momento del día y esto habilitaba comunicación con el exterior? Es una de las hipótesis.
Otra de las personas que brindó en forma reservada su testimonio a la causa, con familiar dentro de Piñero, contó que quien paga también evitaba que “lo molieran a palos dentro del Pabellón”. Y como dato de color que surgió en la audiencia, el alias de billetera virtual al cual debían transferir los presos llevaba el nombre de “San La Muerte”. Los pagos, según información que presentó Carbone en la audiencia, fueron más de mil y se realizaron por personas vinculadas a cincuenta presos distintos.
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