Se fue el 2022, la antesala y la entrada en calor de un año electoral que promete sorpresas y modificaciones en los frentes políticos después de 10 años. Los cuadros de alianza cambiaron en el antiperonismo y el frente de frentes va camino a convertirse en realidad, mientras que el peronismo corre riesgo de encontrar los acuerdos necesarios para llegar unido nuevamente en los próximos comicios. Frente a la santafesina o conexión directa con CABA, la disyuntiva en los adversarios internos y opositores.
Desde el 2011, el peronismo, el Frente Progresista y el macrismo compitieron en las elecciones provinciales. Tras la vuelta del PJ al poder de la Casa Gris, el frente de frentes entre socialistas, radicales, el PRO, CREO, la Coalición Cívica y el PDP se convertirá en un hecho en el próximo mes de febrero, cambiando así el mapa político y la coyuntura para el análisis en las relaciones de poder y en las perspectivas de la voluntad popular.
Hace un lustro era impensada una alianza electoral entre el socialismo y el PRO, pero ambos extremos cedieron en sus dogmas para poder llegar a acuerdos programáticos que los pueda catapultar a una victoria en Santa Fe. El PS porque no quiere perder más terreno del que perdió desde el 2019, y el partido macrista porque necesita más distritos provinciales y más legisladores nacionales aliados si quiere volver a gobernar el país y llevar adelante las reformas que Macri no pudo por su debilidad en el Congreso y la cantidad de gobernadores peronistas que no aceptaban las negociaciones.
El peronismo, conviviendo en las diferencias profundas entre algunos actores, hasta acá logró armados desde el 2007 cuando cambió la Ley electoral y llegó la herramienta de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Sin embargo, el gobernador Perotti junto a su equipo está pensando en un éxodo del Frente de Todos, modelo al que ven agotado, para generar un espacio político provincial desde la construcción de Hacemos Santa Fe. Desde allí, quiere ampliar la base electoral sumando a nuevos referentes, inclusive algunos sectores del radicalismo que no tienen intenciones de sumarse al amplio espacio opositor, e imitar el modelo cordobés que llevó a Schiaretti al poder y lo sostuvo todos estos años.
En este contexto, la discusión pasa por ser dependientes de los armados nacionales que se ejecutan en la Ciudad de Buenos Aires, o alambrar la provincia y que los dirigentes porteños esperen los resultados de los comicios para ver si cuentan o no con el distrito. Ser delegados de un esquema más grande o pensar un proyecto provincial que aporte a un proyecto de país, parece ser el dilema que plantean entre los negociadores en el armado de ambos frentes.
El PRO, de la mano de Angelini, necesita llevar un proyecto que no corte los lazos con el poder central, lo mismo que sucede con los radicales que tienen línea directa y responden a una lógica pautada desde la Convención de la UCR. Los socialistas, con base en Rosario, y el partido CREO de Pablo Javkin, tal vez, sienten mayor incomodidad de tener que definirse por uno u otro candidato nacional y pretenden que la conexión con Buenos Aires no sea tan directa.
En el peronismo, el espacio de Perotti no tiene jefes en Capital y busca darle identidad a su militancia desde la producción agropecuaria, la producción y el empleo, pilares de su gobierno provincial. Mientras que La Corriente y el Movimiento Evita, con Alberto a la cabeza, y La Cámpora, el brazo ejecutor de Cristina Fernández de Kirchner, quieren que el frente electoral represente y replique el modelo político nacional. Allí hay una ruptura en las visiones y esa tensión alta es puesta por dirigentes en la categoría de “sin retorno”. Resta saber si esas diferencias volverán a marcar una agenda hacia las PASO o si el gobierno toma la decisión de armar un espacio por afuera y hacer nuevamente la elección tripartita.
La ronda de candidatos opositores
El frente de frentes junta a sus equipos técnicos para el desarrollo de un programa de gobierno, aunque se charlan las posibilidades de los nombres que pueden representar a cada uno de los espacios. Hoy en la cancha hay varios dirigentes pero muchos dependen de la participación y del cuadro de alianzas interno.
Maximiliano Pullaro sigue con su campaña permanente y continúa con su voluntad de ser una de las listas que compita para llegar a la Casa Gris. El espacio Evolución, conducido por Martín “Guga” Lousteau y pensado por el histórico Coty Nosiglia, tiene la voluntad de presentar un candidato por distrito y para eso necesita de que el ex ministro de Seguridad participe de los comicios.
Por su parte, el socialismo tiene la idea de que Clara García encabece el espacio en la gran paso opositora. La diputada recoge una buena imagen en la bota santafesina y representa al lifschitzmo, que está en proceso de reconstrucción desde el fallecimiento del ex gobernador. Sin embargo, su figura también suena como posible candidata a intendenta dentro de una contienda competitiva para volver a los orígenes y renacer desde el distrito que vio crecer al partido.
A su vez, el PRO tiene como objetivo presentar un candidato propio. Como anticipamos en esta columna, siguen en diálogo con Pablo Paladini, empresario gastronómico cuya frontera trasciende los límites nacionales, y se muestra con ganas de participar en las elecciones de este año. Sin una confirmación ni de su parte ni de los referentes, la duda pasa por si puede liderar una lista a gobernador o pueda tener otro roce previo. En caso de no ser él, el macrismo tiene dos opciones arriba de la mesa: impulsar al vicepresidente del PRO Argentina Federico Angelini, o cerrar un acuerdo con algún sector y desistir de la voluntad tener uno propio en la PASO para primer mandatario provincial.
Quien puede cambiar el esquema y lograr que muchos desistan de competir es Carolina Losada. Si la periodista decide jugar en las elecciones, muchos creen que tiene una ventaja por sobre el resto y buscarán acumular fuerzas en otras categorías o en las localidades. Julián Galdeano, armador de su espacio, asegura que ella está dispuesta a encabezar un proyecto de cambio profundo para la provincia, siempre y cuando el resto forme parte de ese armado amplio y la acompañe en la idea de hacer una “revolución”, como dice ella cuando habla de la posibilidad. La duda sigue existiendo porque pasa más tiempo en el Senado nacional y en Capital que en Santa Fe, pero siempre que la consultan responde que está a disposición para lo que se la necesite, y repite que tiene ganas de encabezar el proyecto.
Por último, el intendente Pablo Javkin sigue declarando su intención de ser uno más en la lista de gobernador, aunque sabe que primero tiene que consolidar algunos ejes de su gestión. Su diálogo durante 2022 fue con Galdeano para que el espacio radical del MAR sea quien lo acompañe en su idea, pero se complica su expedición hacia la bota santafesina si quienes pueden potenciar su armado provincial eligen a otro candidato. La posibilidad de que busque la reelección es cada día más concreta, aunque hasta el cierre de listas de marzo falta demasiado.
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