El juicio por la violenta fuga de ocho presos de la cárcel de Piñero que ocurrió en junio de 2021 está llegando a su fin, después de un mes en el que fueron desfilando por el Centro de Justicia Penal los testigos propuestos por el MPA y por las defensas. En ese marco, este lunes el fiscal Franco Carbone brindó su alegato de clausura ante el Tribunal y allí señaló que aquella cinematográfica evasión de reclusos fue “el golpe más grande contra el Servicio Penitenciario provincial en toda su historia”. Por eso, a la hora de pedir penas, solicitó que sean las máximas posibles: “No puede salir gratis escaparse de una prisión a los tiros”, dijo. Cabe recordar que el debate en el Centro de Justicia Penal comenzó a fines de abril, ante los jueces Fernando Sosa, Silvana Lamas e Ismael Manfrín, que esta misma semana darán a conocer su veredicto.
En la tarde del 27 de junio de 2021, un grupo de personas llegó con pasamontañas y varias armas de grueso calibre hasta la cárcel de Piñero, en un Peugeot 2008. Tras enfrentarse a disparos con los guardias que custodiaban las torres de control y cortar con una amoladora los cercos perimetrales, se llevarían a ocho presos del Pabellón 14. En la violenta operación, uno de los integrantes de la banda iba a morir allí mismo: era Walter Soraire, que se había hecho cargo de cortar los alambrados. “Los presos que se escaparon le pasaron por encima como si fuera una bolsa de papa y lo dejaron ahí tirado, nadie intentó levantarlo”, contó Carbone.
Como material de respaldo a lo que decía en el alegato, exhibió un video filmado con celular por un recluso desde el Pabellón 15. De fondo, en el audio de ese archivo, se escuchan tiros. “Cuando los vi llegar a los que vinieron a buscar a los presos, di la voz de alto”, relató uno de los testigos en el juicio, un garitero. “¿Y cómo le respondieron?”, preguntó el fiscal. “Con disparos, tenían inclusive una ametralladora”, explicó el mismo agente del Servicio Penitenciario. Durante el juicio, Carbone informó que uno de los trabajadores de la cárcel de Piñero que se había enfrentado aquel domingo a los que disparaban para facilitar la fuga, necesitó de asistencia psiquiátrica.
En un cuarto intermedio de la audiencia, Red Boing pudo dialogar con Carbone, que amplió: “Tuvimos un montón de autoridades penitenciarias, políticas y judiciales que coincidieron en darle a esta evasión el carácter de histórica. Quien era en ese momento director del sistema declaró en el juicio y dijo que ‘Nunca había visto algo así’, cuando habló de lo que pasó ese domingo de junio en 2021. Después de un mes de juicio, con más de sesenta testigos, se pudo valorar que fue gravísimo lo que pasó. Y generalmente al preso es como que le sale ‘Gratis’ una evasión, por la legislación vigente. Pero en este caso, por mala fortuna para los evadidos, acá hubo también una portación conjunta de armas de fuego, lo que agravó la calificación”.
Mansilla y Cañete, dos personajes centrales
En su alegato, el fiscal reiteró un argumento que durante el juicio ya se había podido sostener en base a evidencias: que de los ocho evadidos, los principales roles fueron los de Claudio “Morocho” Mansilla -actualmente en la cárcel de Ezeiza y sospechado de ser integrante de la banda narco de Esteban Alvarado- y Sergio “Mono” Cañete -que había llegado a Piñero después de asaltar tres bancos-.
Sobre Cañete, el fiscal reveló que para el equipo de fiscales que fueron parte de la investigación, había existido desde el vamos la sospecha de que había sido el cerebro de la operación. Es que se trataba de alguien que tenía antecedentes de asaltos con estilo cinematográfico, como la vez que había entrado a robar un banco en silla de ruedas y fingiendo ser un discapacitado. “Hubo muchas cosas que se hicieron en la fuga de Piñero que nos hicieron pensar que él podría estar detrás del plan maestro. Efectivamente, cuando pudimos recuperar teléfonos para la investigación, vimos el rol que había tenido. Paradójicamente, fue el primero en caer”.
Cañete fue recapturado la madrugada del lunes 28 de junio, unas horas después de la fuga. Antes, se había subido con el resto de los evadidos al Peuegot 3008. En total, eran once arriba de ese auto. Después él y Rojas, otro de los presos evadidos, se mudaron a un Honda Civic, que fue visto por un control en el kilómetro 3,5 de la ruta 14. Cuando les pidieron parar para mostrar documentación del auto, aceleraron. Así comenzó una persecución que terminó ocho kilómetros después. Cañete y su compañero iban escondidos en el baúl y tenían tres armas.
Además, en el alegato de este lunes el fiscal recordó un dato: “En los diez minutos que duró ese intento del Civic de escapar de la policía que los seguía, Cañete que iba dentro del baúl destrozó su teléfono”. Elisa Álvarez, la mujer que manejaba aquel auto intentó mostrar arrepentimiento después del hecho: “Fue la tontería más grande del mundo”, dijo. Carbone sostuvo que esto no debería reducir su pena por haber facilitado la fuga.
La defensa intentó argumentar durante el juicio que los presos habían visto “una oportunidad” por el cerco abierto y se habían ido al revoleo. Inclusive, se planteó que varios habían querido volver a entrar pero no habían podido hacerlo, porque les habían cerrado el portón. Para el fiscal, nada de eso ocurrió: “Ha quedado evidenciado desde nuestra teoría del caso que las personas que no querían participar de la evasión, se quedaron tirados en el patio del Pabellón 14. Eso es por código lo que hace un preso cuando hay un motín y alguien no quiere ser parte de eso que está pasando. En el caso de la fuga de aquel 2021, se fueron quienes tenían que irse. Es más, saltan a una persona que muere en ese momento y después pasan por tres cercos. No fue que alguien vio la oportunidad y se fue. Salieron como parte de un plan trazado para escaparse”.
Las penas solicitadas
Para Franco Ezequiel Canteros y Rodrigo Leonel Gramajo, que irrumpieron a los tiros desde afuera del penal, el fiscal pidió penas de 17 años y 6 meses y de 26 años, respectivamente. Hubo un tercer hombre que esa tarde se bajó del 3008 y fue quien usó la amoladora: Walter Soraire, que murió allí mismo.
Para Antonio Alejandro Schmittlein, Ezequiel Rodolfo Romero, Alejandro Andrés Candia, Daniel David Piscione, Martín Alejandro Cartelli y y el “Morocho” Mansilla, se pidieron 11 años y 3 meses de cárcel. En el caso de haber condenas, se sumarían con las previas que ya tiene cada uno.
Para Elisa Álvarez, que manejaba el Civic en el que iban Cañete y Rojas, 18 años y 6 meses. Mientras que para ellos dos que iban en el baúl, por tener las armas en su poder al ser recapturados, se solicitan 21 años y 3 meses.
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