
Tras conocerse el 2,4% oficial de inflación de febrero, un informe privado reveló que en el segundo mes del año hubo una caída del 9,8% en las ventas de productos básicos en supermercados y autoservicios y que se acumulan 15 meses consecutivos en baja.
Así lo señaló la consultora Scentia, que agregó que las transacciones se desplomaron un 10,2% interanual en el primer bimestre de 2025, pese a que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) se mantiene relativamente estable.
Además, precisó que los rubros con mayores retracciones entre febrero de 2024 y el mismo mes de este año fueron bebidas sin alcohol (-18,8%); bebidas con alcohol (-16,2%); productos considerados de consumo “impulsivo” (-10,5%); artículos de limpieza de ropa y hogar (-9,7%); y productos de higiene y cosmética (-8%).
Las ventas, que sufrieron caídas en todo el país, registraron en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) un descenso del 8,3%, mientras que en el resto del territorio argentino la reducción se ubicó en un 4,9% promedio.
De junio a diciembre de 2023 inclusive hubo siete meses de crecimiento en el consumo masivo con picos en septiembre (8,5%) y octubre (8%). En contraposición, durante 2024 se experimentaron desplomes del 11% en supermercados y 15% en mayoristas, de acuerdo a datos del INDEC.
Según Scentia, desde enero del año pasado (-3,5% interanual), todos los meses registraron retracciones, con récords en septiembre (-22,3%), octubre (-20,4%) y noviembre (-20%), hasta alcanzar 15 períodos consecutivos en baja. Sin embargo, desde octubre pasado la caída del consumo transita cuatro meses de desaceleración.
Este escenario de descenso en las ventas se enmarca en un aumento de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide la indigencia y que en febrero subió un 3,2% mensual, el mayor incremento desde septiembre pasado. En tanto, la Canasta Básica Total (CBT), que establece la línea de pobreza, escaló un 2,3%.
Así, una familia tipo (compuesta por un varón de 35 años, una mujer de 31, un hijo de 6 y una hija de 8) necesitó $1.057.923 para no ser considerada pobre y $468.108 para superar el umbral de la indigencia.
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