En las últimas horas, trascendió que perros y gatos están contrayendo la variante británica del Coronavirus. Como consecuencia, los animales padecen “anomalías cardíacas graves” y un “deterioro del estado de salud en general”.
Luca Ferasin, cardiólogo del Ralph Veterinary Referral Center, aseguró que la intención “no es sembrar pánico” ya que aún hay “una fuerte sospecha de transmisión de humano a mascota”. Sin embargo, los veterinarios deberán ser conscientes que ante la duda podrán realizar las pruebas correspondientes.
La variante británica e detectó por primera vez en Kent, uno de los 47 condados de Inglaterra, en diciembre del 2020. Se volvió una de las cepas de mayor circulación en Reino Unido, lo cual representa un 95% de las infecciones y se detectó en al menos 85 países.
Las cepas anteriores también infectaron a las mascotas, pero los síntomas predominantes eran de índole respiratorio: conjuntivitis, secreción nasal, tos o estornudos. Los primeros casos de animales infectados con la variante B117 están registrados en Buckinghamshire.
Comentarios