La vacuna contra el Covid-19, desarrollada por la empresa Johnson & Johnson, fue autorizada para uso de emergencia el 27 de febrero pasado en los Estados Unidos. Fue así que se demostró una eficacia del 72% para proteger a la persona contra el coronavirus y es una de las pocas que sólo necesita una dosis.
Como ocurrió con otros inoculantes, la vacuna se siguió investigando en el mundo real después de las autorizaciones en Europa, Canadá, y otros países. Ahora, se difundieron los resultados de un estudio sobre la vacuna de Johnson & Johnson realizado en Sudáfrica que indicó una reducción del riesgo de contraer la enfermedad a la mitad aproximadamente.
La gran mayoría de las infecciones que se produjeron fueron leves, según dijo a Bloomberg la científica Glenda Gray, codirectora del estudio. Aún no se publicaron los datos del ensayo en una revista con revisión de pares, pero el inoculante ya había demostrado eficacia para reducir el riesgo de desarrollar enfermedad grave.
Al igual que la mayoría de la primera generación de vacunas contra el COVID-19 que se desarrollaron el año pasado, el inoculante de Johnson & Johnson fue pensado y probado por su capacidad para prevenir las hospitalizaciones y muertes por la infección.
Sin embargo, algunas personas ya inmunizadas pueden contagiarse, y eso ha puesto de manifiesto el desafío al que se enfrentan las autoridades sanitarias hoy para llegar a controlar la pandemia, en un momento en que las variantes de preocupación del virus, como Delta, han provocado rebrotes en diferentes países.
En agosto, la doctora Gray ya había informado que la vacuna de Johnson & Johnson ofrecía una protección del 91% al 96,2% contra el riesgo de muerte, mientras que ofrecía un 67% de protección contra la hospitalización cuando dominaba la variante Beta del coronavirus y alrededor del 71% de protección contra la hospitalización cuando dominaba la variante Delta.
Comentarios