Se llama Valeria Viva y tiene 41 años. Es instrumentadora quirúrgica desde hace 21 años. Pero, su amor por la salud la hizo estudiar enfermería durante cinco años, y desde hace una década también trabaja en esa área. Por eso, ahora se la ve vestida con un traje verde- color esperanza- mientras recorre los pasillos grises del predio de la ex Rural, regalando su cara de confianza, a las cientos de personas que pasan por sus filas.
La situación es maravillosa de ver, muy difícil de describir. Es que alguien con una aguja en la mano, jamás podría regalar felicidad. Sin embargo, eso es lo que pasa cada vez que una persona pasa por su puesto, que lleva estampado el número 8. Si uno gira la cabeza, ve que como Valeria, hay otras mujeres y hombres que generan la misma sensación y sacan sonrisas por doquier en los box paralelos.
Y si esa mirada va más allá, a los otros dos sectores– el B y el C que también forman parte del lugar-, se da cuenta que eso se replica. Caras dibujadas con sonrisas gigantes, regalos que van desde un chocolate hasta una picada, abrazos a la salida con el familiar que los acompañó- dignos del gol de Fideo Di Maria- en la final.
Es justamente eso, lo que transmite Valeria cuando uno la escucha narrar este año y medio de pandemia, ella siente que este es el final de este duro camino que ha marcado el Coronavirus. La esperanza de un antídoto que haga efecto y permita volver a abrazarse con el otro.
Ese es su principal deseo cuando mira para atrás y recuerda aquel 20 de marzo- el día que el Presidente Alberto Fernández les anunciaba a todos los argentinos que deberían entrar en un aislamiento social, preventivo y obligatorio-. En ese momento, Valeria trabajaba como enfermera en un quirófano del Hospital Centenario y recuerda como si fuera ayer, la frase que se le vino a la cabeza: ”se viene la hecatombe”.
“Muchos compañeros entraron en un ataque de pánico, creían que no podían afrontar lo que venía”.
Un hijo de 17 años y otro de 7, junto a su pareja- que también trabaja en la primera línea de batalla como agente policial- fueron los pilares que necesitó para salir adelante. Para Valeria, la familia fue fundamental pero también una responsabilidad porque al vivir con ellos debió profundizar los cuidados que tenían el resto de los ciudadanos, debido a que todavía no se sabía muy bien cómo se transmitía el tan temido virus.
“Me duchaba después de cada cirugía, antes de salir al hospital, y cuando llegaba a casa, dejaba todo en la puerta y me volvía a duchar antes de saludar a los chicos”.
El 6 y 26 de enero fueron dos fechas importante. Esos días significaron un alivio. “Sabés que con ese líquido podes pasar la enfermedad sin tanta complejidad como una persona que no lo está”, dice Viva entre lágrimas de alegría que se le escapan por sus ojos que se pierden en alguna imagen que se anima, después de quebrársele la voz, a contar.
“Me acuerdo de las primeras semanas de abril, las personas salían a aplaudirnos a los balcones, mi sobrinita de 2 años me decía esto es para vos, es inexplicable lo que significó para nosotros”.
De la vacuna al anuncio presidencial hay 10 meses, tiempo que- tanto para ella como para sus pares de la salud- pareció interminable. Por eso, la enfermera e instrumentadora quirúrgica- del Hospital Centenario- sabe que la tarea que lleva cada mañana en el centro de vacunación más grande de la provincia de Santa Fe, es un puente hacia lo que los expertos llaman “normalidad”. Y ella está convencida de eso, por eso recorre cada box de inoculación “contagiando vida”, como ella misma resalta en su relato.
Desde febrero, este espacio se convirtió en su “segunda casa”, muy cerca de su “cable a tierra”, el Club Provincial donde practica rugby femenino. Disciplina a la que llegó por sus hijos y que hoy siente que es la herramienta de donde saca la fuerza para llegar hasta acá con tanta energía después de una guardia de tres días en el efector de salud pública.
“Nuestra misión es hablarle a la gente, explicarle, transmitirles paz, darles la seguridad que las tres vacunas son seguras y sirven”.
Para Valeria, el final está cerca y cuando eso ocurra, en su cuaderno de notas, llevará miles de historias para contar, tantas como quepan en esa caja donde guarda las cartas de nietos e hijos de los adultos mayores, uno de los primeros grupos en recibir la primera vacuna Sputnik, que continuarán con su aplicación esta semana- al arribar 42.000 dosis del segundo componente a la provincia de Santa Fe- entre los inoculados con esa marca antes del 6 de abril.
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Proyecto de formación y desarrollo de la enfermería
Hace quince días, la Cámara de Diputados comenzó a analizar el proyecto para jerarquizar la enfermería, anunciado a fines de mes por el presidente Alberto Fernández.
Bajo las condiciones en las que se encuentra el sistema de salud público y privado en Argentina, la iniciativa busca promover la formación y el reconocimiento de los enfermeros.
“La idea es que esta ley ayude a sustentar y a que perdure en el tiempo la política de salud en la materia que se ha dado desde el inicio de la gestión de este Gobierno”, remarcaron los legisladores nacionales.
Qué propone el proyecto de Promoción de la Formación y del Desarrollo de la Enfermería:
- Facilitar que haya mas enfermeros y promover el desarrollo de la enfermería en la Argentina.
- Reconocimiento de los enfermeros como profesionales de la salud.
- Creación de nuevas carreras universitarias y superiores técnicas de Enfermería y fortalecimiento de las existentes.
- Acceso igualitario desde el nivel técnico superior al universitario, homologación de títulos y acreditación de carreras.
- Creación de una comisión intersectorial nacional para asesoramiento técnico, recomendaciones en todo lo relativo a Enfermería.
- Desarrollo y fomento de las especializaciones de enfermería.
- Capacitación continua e investigación en enfermería.
- Formación Continua Profesional.
- Profesionalización de los auxiliares de enfermería.
- Becas para Formación de enfermería, especializa
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