Este domingo por la tarde comenzó un incendio en la zona de Cuesta del Ternero, cerca de El Bolsón. Al día de hoy, el fuego ha consumido casi 10 hectáreas y crece la preocupación. Arabela Carreras, Gobernadora de Río Negro, sobrevoló el lugar y dio los primeros indicios en cuanto a hipótesis de cómo se habría iniciado la quema.
Según detalló, un grupo de personas que se encontraban en la zona habrían hecho un asado, y la situación se habría salido de control. En estos momentos, ya se habla de que han generado un desastre ambiental. “Desde el aire se ve muy claramente el lugar donde se inicia el fuego, que es una vivienda particular. En esa zona se está investigando… Recién nos hemos comunicado con el procurador de la Provincia y la Policía de Río Negro, quienes tienen una hipótesis cercana a la que dicen ustedes”, aseguró Carreras.
En la misma línea, la Gobernadora rionegrina añadió: “Recién estamos buscando todas las pruebas, pero aparentemente sería una situación culposa y no dolosa, por lo que lamentablemente un descuido habría generado este desastre ambiental”.
Además, afirmó que el fuego “no tiene límite y está avanzando de manera muy preocupante hacia Chubut”. Sin embargo, avisó que solo dos viviendas se incendiaron y que las familias fueron oportunamente evacuadas.
Carreras informó que hay más 100 brigadistas trabajando para detener el incendio. Sin embargo, destacó que es insuficiente. “Dependemos de las condiciones climáticas. Se estima que va a bajar un poco la temperatura y que tengamos algo de lluvia, pero no necesariamente va a extinguir el fuego. Eso puede tardar varios días, me informa la gente que más experiencia tiene. Así que habrá que estar custodiando los límites del incendio durante varios días más”, cerró.
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El papa León XIV ordenó a once nuevos sacerdotes para la Diócesis de Roma este sábado en la Basílica de San Pedro del Vaticano, y los exhortó a “reconstruir la credibilidad de una Iglesia herida“, enfatizando la importancia de la cercanía con el pueblo de Dios y la necesidad de ser “creíbles” en un mundo que cuestiona la fe. La ceremonia marcó un día de “gran alegría” para la Iglesia y para los flamantes presbíteros.
Durante su homilía, el Santo Padre profundizó en la pertenencia al pueblo de Dios, al cual los ministros son enviados. Recordó que “la identidad del sacerdote depende de la unión con Cristo, sumo y eterno sacerdote“, subrayando la conexión intrínseca entre el pastor y el Señor. El Sumo Pontífice reflexionó sobre la enseñanza del Concilio Vaticano II acerca del “pueblo de Dios”, una conciencia que, según él, “anticipó un tiempo en que la pertenencia se debilitaría y el sentido de Dios se enrarecería”. Sin embargo, afirmó que “Dios no se ha cansado de reunir a sus hijos, por diversos que sean, y de formarlos en una unidad dinámica“.
Ministros en un mundo real
El Obispo de Roma urgió a los ordenandos a permanecer siempre en el camino del Señor, desempeñándose como “siervos de Dios en el pueblo de Dios”. Hizo hincapié en la importancia de su presencia en un mundo real, y no en uno ideal, al declarar: “como Jesús, son personas de carne y hueso las que el Padre pone en su camino. A ellos se consagran, sin separarse de ellos, sin aislaros, sin hacer del don recibido una especie de privilegio”. Esta exhortación buscó evitar cualquier distanciamiento entre los sacerdotes y la comunidad a la que servirán.
Posteriormente, el Pontífice abordó el significado de la imposición de las manos en el rito de la Ordenación, rememorando que en los Hechos de los Apóstoles, este gesto “es la transmisión del Espíritu creador“. En este sentido, explicó que “el Reino de Dios pone ahora en comunión sus libertades personales, dispuestas a salir de sí mismas, injertando sus mentes y sus fuerzas jóvenes en la misión jubilar que Jesús transmitió a su Iglesia”. Con estas palabras, el Papa delineó la profunda conexión espiritual y la continuidad apostólica inherente a la ordenación sacerdotal.
Fue en este punto de su mensaje cuando el Papa León XIV lanzó su llamado más directo a la acción: “Juntos, pues, reconstruiremos la credibilidad de una Iglesia herida, enviada a una humanidad herida, dentro de una creación herida. Todavía no somos perfectos, pero es necesario ser creíbles”. Sus palabras resonaron como un fuerte impulso a la responsabilidad y al compromiso de los nuevos sacerdotes frente a los desafíos actuales de la Iglesia.
Sanar heridas y ser ministros de esperanza
El Santo Padre también recordó que “Jesús resucitado nos muestra sus heridas y, aunque son signo de rechazo por parte de la humanidad, nos perdona y nos pone en camino“. Añadió: “También hoy sopla sobre nosotros (cf. Jn 20,22) y nos hace ministros de esperanza. ‘Para que ya no miremos a nadie a la manera humana’ (2 Co 5,16): todo lo que está roto y perdido a nuestros ojos se nos aparece ahora en el signo de la reconciliación”. Esta visión teológica buscó infundir ánimo y propósito en los recién ordenados, recordándoles su rol como portadores de reconciliación y esperanza.
Finalmente, el Papa León XIV expresó su gratitud por la vocación de los nuevos ministros, concluyendo su homilía con una nota de agradecimiento y unidad: “Les damos gracias y damos gracias a Dios que los ha llamado al servicio de un pueblo totalmente sacerdotal. Juntos, unimos el cielo y la tierra”.
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