“Virtualmente ya perdió estado parlamentario”. Con esas palabras definió el estado de la Ley de Humedales en el Congreso de la Nación el director del Observatorio Ambiental de la UNR, Matías De Bueno. Este proyecto se encuentra a solo 12 días de caducar y, en caso de suceder, obligaría a presentarse nuevamente.
El plan, que entre otras cosas promueve la creación de un inventario de estos terrenos con presupuestos mínimos para su conservación y el uso racional y sostenible, duerme en cuatro comisiones de la Cámara Baja: Recursos Naturales, Agricultura y Ganadería, Intereses Marítimos y Pesqueros; y Presupuesto y Hacienda.
Este panorama hace casi imposible que cada uno de ellos llegue a expedir un dictamen y la ley pueda ser tratada en Diputados. Por este motivo, las organizaciones ambientalistas, universitarias y especialistas piden que se haga una reunión conjunta y se forme un dictamen único para que baje al recinto y se vote.
“En esta ley encontrás una definición concreta de qué son los humedales, porque es una de las grandes discusiones entre los distintos sectores. Se categoriza el territorio y se crea un ‘semáforo’ con zonas verdes, amarillas y rojas, de acuerdo al grado de conservación que se pretende en cada uno de los territorios”, explicó De Bueno a RedBoing sobre el proyecto que resultó tras la unificación de más de 10 planes que ingresaron al Congreso.
La idea de este programa sería “crear un inventario de humedales, a los que se les asigne un presupuesto y se conforme una comisión de expertos para debatir con las autoridades de aplicación las distintas decisiones que haya que tomar”. No obstante, es muy probable que deba esperar un año más para convertirse en norma ya que los acuerdos entre los distintos actores están lejos de concretarse.
“Argentina tiene un poco más del 20% de su territorio que es humedal, zonas de inundación, valles, etc. Es todo lo que queda imbuido por agua”, destacó el especialista. Y añadió: “Los humedales son necesarios porque son sumideros de carbono, además de proteger de inundaciones”.
En ese marco, uno de los más grandes del mundo se encuentra frente a la ciudad de Rosario, extendiéndose hacia las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires: “Hay unas 15 millones de personas que utilizan directa o indirectamente el humedal del Delta del Paraná. En los últimos años ha tenido impactos muy duros, como los incendios, ganadería o emprendimientos inmobiliarios”, señaló con preocupación De Bueno.
Durante los años 2020 y 2021, este sector sufrió la pérdida aproximada de un millón de hectáreas, dato obtenido gracias a varios estudios. “Focos de incendio hubo todo el año, no bajó la intensidad. Donde hubo rebrotes de pastizal, es decir donde se volvió a secar, se volvió a incendiar. Hubo muchísimos”, sostuvo.
En los últimos meses, hubo quemas realmente grandes como las registradas en Villa Constitución, de 7.000 hectáreas, y en San Pedro con el consumo cercano de 20.000 hectáreas. “Es una situación compleja. Faltan aviones hidrantes, falta mucha inversión, mucho material, hay problemas de costos enormes, de llegar a los lugares difíciles, también”, aclaró.
No obstante, los problemas de las quemas y el desmanejo ambiental parecería que continuarán en los próximos meses, considerando que la Ley de Humedales perderá estado parlamentario y deberá ser presentada una vez más para hacer el camino en el Congreso. “No hay una decisión de ponerse de acuerdo. Hay intereses económicos por los que no han llegado a acordar y no creo que se vaya a tratar en el recinto. Es importante que la dirigencia política tome los temas que van a definir el destino del planeta”, concluyó De Bueno.
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