Los precios en Estados Unidos subieron un 6,8% en noviembre con respecto al año anterior. Así lo informó el Índice de Precios al Consumo de la Oficina de Estadísticas Laborales del país norteamericano este viernes, y remarcó que se trata de la mayor tasa de inflación anual desde junio de 1982.
La suba se ve impulsada por la volatilidad de los costos de la energía, los cortes en la cadena de suministro, la elevada demanda de los consumidores y la relajación de la política monetaria. En términos mensuales, los precios de consumo generales aumentaron un 0,8% en noviembre, mientras que los precios básicos avanzaron un 0,5%.
Aunque los salarios también están aumentando como consecuencia de la escasez de trabajadores, no siguen el ritmo de la aceleración de los productos. Por eso, los hogares con menores ingresos se ven afectados.
“La inflación afecta a quienes se encuentran en los extremos inferiores del espectro de ingresos y riqueza”, dijo Mark Hamrick, analista económico principal de Bankrate, de acuerdo al medio norteamericano NBC News. “Es una especie de doble golpe para los hogares de menores ingresos, que sufrieron la corta pero dramática recesión al comenzar la pandemia, lo que sirvió para exacerbar tanto la desigualdad de riqueza como de ingresos”, agregó.
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