“Sabemos que había cruzado la frontera por Bolivia y que llegó hasta Santiago del Estero. Ahí necesitó hacer un reabastecimiento de combustible y fue cuando la Fuerza Aérea detectó que había irregularidades con la matrícula que tenía pintada en sus alas, ya que estaba adulterada”, le cuenta a Red Boing uno de los investigadores de la causa que se abrió en la justicia federal este miércoles por la noche, tras el aterrizaje de una avioneta narco con casi media tonelada de cocaína en un campo de Aldao, a unos 30 kilómetros de Rosario.
El hecho ocurrió en el atardecer del miércoles y terminó con la aeronave estacionada en zona rural, con una enorme cantidad de bultos en su interior, pero sin piloto. “Lo que podemos presumir, aunque habrá que reconstruir la escena completa, es que el conductor de la avioneta fue advertido por personal de la Fuerza Aérea al salir de Santiago. Pero a pesar de ese aviso, logró llegar a destino y aterrizar adonde tenía pensado hacerlo. Al menos, consiguió que lo esperen para poder escaparse”, amplió la misma fuente.
El control del espacio aéreo
A través de un posteo en la red social X, Patricia Bullrich, explicó que “las Fuerzas Armadas interceptaron una aeronave no autorizada en el espacio aéreo argentino”. La propia ministra de Seguridad de la Nación detalló que se le había solicitado el descenso a la aeronave.
Federico Angelini, subsecretario de intervención federal del Ministerio de Seguridad de Nación, también habló sobre el tema. En diálogo con Red Boing sostuvo: “Sabemos que el espacio aéreo es un medio muy utilizado por el narcotráfico para el traslado de sustancias, y allí hay una decisión contundente del presidente Milei y la ministra Bullrich de potenciar todos los recursos y empoderar a nuestras Fuerzas Armadas, en esta que es una arista más en la pelea por lograr que todos los narcos terminen sus días presos”.
“Tenemos pocos antecedentes de casos en los que la Fuerza Aérea haya obligado a descender una aeronave en pleno vuelo para hacer este tipo de procedimientos, lo que marca también un cambio de paradigma”, señaló Angelini, que destacó el trabajo de la Gendarmería.
El propio Luis Petri, ministro de Defensa de la Nación, habló sobre el tema en la mañana del jueves en conferencia de prensa en Casa Rosada: “Partieron desde Reconquista dos aviones tucanos. Cuando dieron con la avioneta tuvieron que volar a muy baja altura, porque la aeronave buscaba no ser interceptada”.
El sello del Toro
El fiscal federal Claudio Kishimoto es quien está a cargo de la causa. Tras haber pasado varias horas en el lugar adonde se encontró la avioneta y haber encargado las primeras pericias, esta mañana habló con Red Boing: “Pasaron unos veinte minutos desde el aterrizaje hasta que pudo llegar la Gendarmería. En ese rato, alguien fue a buscar al piloto”, planteó.
Durante la noche y la madrugada hubo rastrillajes en los campos de la zona buscando a la camioneta que había escapado con el piloto, hasta el momento sin resultado positivo. En este marco, otra fuente consultada para esta nota descartó una posible connivencia con el conductor de la avioneta narco: “Era imposible saber adónde iba a aterrizar y los que iban monitoreando por tierra los movimientos no tenían forma de adivinar ese destino final”, le dijo a Red Boing.
Para el aterrizaje alcanza con tener 150 metros de camino de tierra. En el caso de lo que pasó en Aldao, esto se dio dentro de un campo privado que tenía sus tranqueras abiertas. Por la misma ruta 34, unos kilómetros más adelante en camino a Rosario, se encuentra la localidad de Ybarlucea. En varias investigaciones de la justicia federal se la ubicó como el lugar donde se acopia droga en gran escala, con la sombra de Fabián “Calavera” Pelozo detrás de esos cargamentos. Se trata del narco detenido en la cárcel de Ezeiza, sospechado de haberse vinculado primero con Esteban Lindor Alvarado para luego ganar territorio con una red propia.
En los últimos hallazgos de droga, los panes de un kilo tenían el sello de un delfín, utilizado por cárteles de Perú. El de este miércoles, en cambio, tenían marcado un toro. Como antecedente, en 2017 el Ministerio de Seguridad de la Nación había encontrado 117 kilos de cocaína en la localidad salteña de Rosario de la Frontera con el signo de un toro salvaje. ¿El mismo origen? Lo deberá indagar el fiscal Kishimoto.
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