La Plaza San Martín como la ven los rosarinos hoy, lejos está de parecerse a sus inicios. Ubicada entre Santa Fe, Córdoba, Moreno y Dorrego, fue donada por Marcos Paz en 1857 y ocupaba también los terrenos que hoy ostentan la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, la Jefatura de Policía y la sede de Gobierno de Santa Fe. Un monumento al Libertador que no mira a Los Andes, un retoño del pino histórico de San Lorenzo sobre el que descansó y un discurso histórico de Eva Perón, luego que quisieran asesinarla junto a su marido, son algunas de las curiosidades de un punto neurálgico de la ciudad que por momentos parece abandonado y por otros, se convierte en el centro de las protestas de la región.
Pasado el mediodía de este martes, decenas de manifestantes de movimientos sociales se aunaron frente a la Sede de Gobierno para pedir por aumentos en sus partidas. Cerca de 100 carpas cortan una de las arterias principales de la ciudad y no se espera que se retiren a la brevedad. Ese es solo un ejemplo de los miles registrados en los últimos años de una emplazada que nació para el comercio y se convirtió en uno de los núcleos de manifestaciones. En ese marco, los inmuebles de la zona han visto reducidos sus valores de gran manera.
Marcos Paz, quien fue vicepresidente de la Nación y gobernador de las provincias de Tucumán y Córdoba, ordenó que esas tierras fueran usadas para un mercado de carretas, un lugar para los carruajes que arribaban y partían a otras regiones del país. Durante muchos años, esa actividad fue clave para la generación de ingresos municipales. Inclusive, las ciudades del interior utilizaban la plaza para la carga y descarga de bienes con rumbo a otras localidades, especialmente del litoral.
Hacia 1871 se forma el sistema ferroviario de Rosario y con él, se proyectó realizar la plaza San Martín. Tres años más tarde toma el nombre que hoy se le conoce, sin embargo, el emplazamiento seguía siendo una promesa. En 1888 la ciudad cede parte de los terrenos entregados por el tucumano para que sumados a otros entregados por el empresario Juan Canals se construyeran los Tribunales, los cuales con el paso de las décadas se convertirían en la Facultad de Derecho.
Como si fuera un anticipo a lo que vendría décadas más tarde, recién para 1891, veinte años después de su planificación, el intendente Gabriel Carrasco dio el puntapié inicial a las obras. Y otros veinte años más tarde, es decir, cuarenta desde la primera idea de la plaza San Martín, se autorizó a Carlos A. Aldao a contratar una reproducción en bronce del monumento erigido en Boulogne sur Mer, Francia, en homenaje al Libertador, obra del escultor Henri Emile Allouard. El trabajo se realizó en Buenos Aires y su colocación fue autorizada por ley del 2 de junio de 1912.
El monumento se inauguró el 21 de mayo de 1913. La estatua ecuestre tiene siete metros de alto y se asienta sobre un pedestal granítico. La característica más llamativa de la figura es que es la única de todo el mundo que no mira a Los Andes. La rosarina observa al Monumento a la Bandera.
La plaza para ese entonces había dejado de ser un polo económico de la región y se empezaba a convertir en lo que hoy se conoce, un lugar de manifestaciones, muchas veces descuidado. Para 1917, un artículo del diario Santa Fe fue dedicado al estado de los bancos del lugar. Estos se encontraban deteriorados y pedían que fueran reemplazados por unos “más dignos”. Nueve años más tarde el mismo medio hablaba de las “patotas” que se concentraban en la zona. Entre otras cosas, exigía que la policía hiciera algo con quienes realizaban desmanes antes de que esa situación terminara de forma lamentable.
El 30 de septiembre de 1948 se dio un hecho histórico para la ciudad y para la plaza en especial. Frente a la Jefatura de Policía habló Eva Perón ante una multitud luego del desbaratamiento de un atentado contra el presidente Juan Domingo Perón y su persona. El gobierno anunció que el complot buscaba perpetrar el doble magnicidio cuando la pareja saliera del teatro Colón el 12 de octubre de ese mismo año, y lo atribuyó a un grupo comandado por el sindicalista cárnico Cipriano Reyes.
Ese día, “Evita” afirmó: “Por cuatro chauchas quieren asesinar al líder de los trabajadores”. “Ferroviarios argentinos, podéis estar tranquilos mientras el general Perón rija los destinos de la Patria. Y si el general Perón algún día estuviera en peligro, cada argentino saldría a pelear y a morir si fuera necesario para ahogar ese peligro”, añadió.
Luego, advirtió de manera tajante: “Pero no debemos ir a la lucha a menos en este momento hasta que no se dé la orden; pero cada descamisado, cualquiera que hable mal de Perón, debe romperle un botellazo en la cabeza o la cabeza, si es necesario”.
A partir de 2014, la plaza San Martín entró en un periódo de refacciones que duraron casi un año. La inversión ascendió a $17.230.530 y fue muy discutida en la ciudad por considerarse innecesaria. Asimismo, la suciedad que ya se veía tiempo atrás terminó de asentarse mientras rosarinos que buscan un pulmón verde en la ciudad intentan disfrutar del lugar.
El paso del tiempo sumado al crecimiento exponencial de la ciudad hicieron de esos terrenos, que comenzaron como un polo económico de Rosario y la región, a convertirse un epicentro de lo social. El lugar que buscan los ciudadanos para hacerse escuchar y donde, muchas veces, se toman unos minutos para escapar del cemento.
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