Anita Martínez, precandidata a renovar su banca como concejal de Rosario, habló de su vida a corazón abierto. La edila se refirió al duro momento que vivió de joven y detalló las razones por las cuales defiende a las infancias de la ciudad. Este miércoles, junto a su equipo de trabajo llevaron a cabo un abrazo simbólico al Centro de Justicia Penal.
“Convocamos a todos los espacios políticos, jueces y fiscales. Es una revolución en el Código Penal. Si no cuidamos nuestras infancias no tenemos futuro”, destacó en diálogo con Nacho Russo en Todo Pasa. Y añadió: “Rosario me dio todo, es mi lugar en el mundo. Donde pasé cosas buenas y malas. Hoy me encuentro ante este desafío para entender y ponernos en el lugar del otro”.
En ese sentido, Martínez se refirió a la dura experiencia que sufrió de niña: “Lo malo que me pasó en la vida fue haber vivido un abuso intrafamiliar. Poder contarlo después de 40 años, te diría, luego de mucho trabajo de terapia lo que no me llevó a tener una infancia distinta. Fui muy feliz. Yo se lo pude contar a mis viejos, eso para mí fue un refugio”.
“El tema es que, claro, desarrollé mi vida como si eso no hubiese pasado. Lo oculté, tuve una infancia hermosa, una vida sexual plena como adolescente y mujer, y el detonante fue cuando quise buscar un hijo, que quedé embarazada pero con la desgracia de que me enfermo, se me generó un tumor. Eso me llevó varios años de quimioterapia y eso me llevó a buscar por qué me había enfermado en el útero”, continuó en Radio Boing.
A partir de ese momento, Anita comenzó a analizarse para dar con el principio de su enfermedad y destacó: “Gracias a la fe y a la quimio pude salir adelante. Tengo mis milagros, que son mis dos hijos. Me llevó mucho repensarme”.
Desde que decidió abrirse y poner el cuerpo para defender a las mujeres y las infancias, la precandidata señaló: “Me escriben chicas que lo pasaron, nos juntamos, lo hablamos, lo trabajamos y también derivamos. Porque el hecho de que lo haya podido contar, sobre todo desde un lugar en la política donde muchas veces las historias se las compran, se las apropian, y particularmente hay muchos partidos que parecerían que son los únicos que pueden hablar de feminismo, de abuso, de discapacidad. Entonces sentí la necesidad de contarlo desde este lugar porque a mí también me pasó. El tema no es que estés en un partido político, sino que no le pase a nuestros hijos. Y desde ahí fue que tuve las ganas de compartirlo”.
“Creo que es momento de abrazarnos en estas causas comunes. Creo que está bueno pensar distinto, hay mucho para construir, muchos puntos para encontrarnos y dar con grandes soluciones”, concluyó visiblemente emocionada.
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