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Opinión
POR ALEJANDRO BURANI

La guerra del Ártico: el conflicto que amenaza con desestabilizar la paz mundial

En los últimos tiempos comenzó a tomar forma un conflicto internacional que enfrenta a las principales potencias por una de las zonas más remotas del planeta. La magnitud de este enfrentamiento amenaza con desestabilizar la paz mundial y la diplomacia internacional debe actuar de manera responsable para no incrementar las tensiones.

Por un lado se encuentran Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea y por el otro Rusia y China. El territorio es el Ártico, el área que rodea al Polo Norte y es considerada como uno de los lugares más estratégicos del mundo.

El intercambio comercial entre Europa y Asia fue evolucionando con el progreso humano y el avance de la tecnología. En el S. XVI, los reinos de España y Portugal realizaban transacciones por intermedio de una ruta larga y tediosa que consistía en dar vuelta todo el continente africano recorriendo el océano Índico y el Atlántico.

A partir de la Revolución Industrial, se comenzó a fabricar barcos más veloces y con mayor capacidad de carga. Asimismo, en 1869 se inauguró el Canal de Suez lo que hizo descender notablemente los costos y las distancias ya que no era necesario bordear toda África para conectar Asia con Europa. En la actualidad, todo el flujo comercial entre europeos y asiáticos pasa por esta ruta navegable que une el golfo de Suez con el mar Mediterráneo.

Vale recordar, que el 23 de marzo de 2021, el portacontenedores de bandera panameña Ever Given encalló en el Canal de Suez produciendo un bloqueo que perjudicó notablemente al mundo ya que el 10% del tráfico del comercio mundial pasa por ahí.

En marzo de 2021, el portacontenedores de bandera panameña Ever Given encalló en las aguas del Canal de Suez y produjo un bloqueo que generó grandes pérdidas económicas.

Con la evolución de la tecnología y el calentamiento global que derrite el hielo del Ártico, la industria naval ha construido enorme barcos rompehielos con propulsión nuclear que crearon una nueva ruta comercial entre Europa y Asia que reduce las distancias. El recorrido por la zona aledaña al polo norte es un 40% más corto que el del Canal de Suez lo que reduce drásticamente los costos.

Otro de los puntos por lo que el Ártico es codiciado, es por los recursos naturales que tiene y que al ser un territorio difícil de llegar casi no fue explotado. Según informes confeccionados por los principales países del mundo, hay un stock de 90 mil millones de barriles de petróleo (el 13% de las reservas mundiales conocidas) lo que le permitiría disputarle mercados a los países de Oriente Medio. Al observar este panorama, Shell decidió invertir varios millones de dólares para realizar exploraciones en el Ártico.

Además, se considera que tiene el 30% de las reservas de gas en el mundo y que puede vislumbrarse con los yacimientos rusos en la Península de Kola y en la Siberia Occidental.

No solamente petróleo y gas hay en esta zona sino que existe una gran cantidad de diamantes que son explotados en minas como las de Ekati ubicada a 300 km. al noroeste de Yellowknife, Canadá. También se presume que hay una gran cantidad de oro, tierras raras (Escandio, Itrio y Lantano ,entre otras) y por supuesto el aumento de la actividad pesquera ya que el deshielo permitió poder ampliar el campo de exploración de los barcos y la captura de especies que hasta hace unos años eran inaccesibles.

Los recursos naturales del Ártico generan la competencia feroz entre los países que reclaman su soberanía en este lugar.

Con estos datos, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Noruega y Rusia comenzaron una disputa diplomática para determinar quién es realmente el dueño del Ártico y vienen realizando reclamos territoriales desde hace décadas. Según el Derecho marítimo, Un país tiene jurisprudencia sobre todo lo que hay a 320 kilómetros de su costa aunque si la plataforma continental se extiende más allá de esa distancia, las aguas siguen perteneciendo a ese mismo país. Debido a esto, la sierra submarina de Lomonósov es el punto más disputado entre estas potencias.

Rusia fue la que más preparativos realizó para este conflicto ya que desde 2007 comenzó a realizar patrullajes aéreos con bombardeos estratégicos y desplegó sobre el Ártico una gran cantidad de embarcaciones militares. Otro punto a favor de los rusos es que tienen 40 rompehielos, la mayor cantidad a nivel mundial y entre los que se encuentran los dos más poderosos del mundo: los clase Artika que son de propulsión nuclear y tienen 75.000 caballos de potencia.

Además, Rusia ha iniciado un proceso de mejora en los principales puertos que dan a esta región lo que transformó a ese país como el principal jugador en esa zona. El gobierno de Vladimir Putin se trazó como objetivo aumentar el tráfico en la ruta ártica de 33 millones de toneladas en el 2020 hasta 80 millones estipuladas para el 2024.

Rusia tiene la flota de rompehielos más potente del mundo y quiere sacar ventaja en la disputa con otros países.

Estados Unidos ha reiterado en todos los foros internacionales que defenderá sus intereses en la zona ante el avance de Rusia ya que no pueden justificar su soberanía sobre la totalidad de esa región. Ante esta situación, los estadounidenses defienden la tesis que postula que las nuevas rutas marítimas deben ser consideradas como aguas internacionales y que todos los países deben garantizar la defensa de la zona.

Sin embargo, Estados Unidos ha realizado junto a la OTAN maniobras militares en el Ártico como la que se realizó en Noruega con la presencia de 50.000 efectivos que simularon enfrentar la invasión de una potencia extranjera. Los estadounidenses mantienen una disputa con Canadá por el mar de Beaufort y con Rusia por el mar y estrecho de Bering. El país norteamericano debe mejorar urgentemente su flota de rompehielos ya que solamente tiene uno y es de la década del 70′. Por esto mismo, están construyendo uno que será el más grande del mundo y que estará operativo a partir del 2025.

Estados Unidos avanza en la construcción del rompehielos más grande del mundo.

Canadá reclama la soberanía de los terrenos que son conocidos como archipiélagos canadienses lo que determinaría que las aguas estratégicas del Paso del Noroeste les pertenezcan. Asimismo, sostienen que la sierra submarina de Lomonósov son parte de su plataforma continental. Por eso mismo, ha incrementado su presupuesto militar con la intención de repeler posibles ataques de Rusia, Estados Unidos y hasta de Dinamarca.

Los daneses gastaron 400 millones de euros en investigaciones para determinar la extensión de la plataforma continental al norte de Groenlandia, isla que está bajo su soberanía. Tras estos trabajos, Dinamarca reclamó una zona de 895.541 kilómetros que incluye la sierra submarina de Lomonósov. En 2019, el propio Donald Trump, en ese entonces presidente de Estados Unidos, declaró públicamente que tenía intenciones de comprar Groenlandia lo que derivó en una dura reacción de Copenhague ante los dichos del mandatario estadounidense. En tierras groenlandesas se encuentra una de las mayores reservas de tierras raras del mundo.

Una de las mayores disputas que tiene Dinamarca es con la propia Unión Europea que avala la teoría que las aguas del Ártico deben ser considerada internacionales. Otro de los países europeos que tiene intereses en la zona es Noruega, que cuenta bajo su jurisdicción al archipiélago Svalbard, mundialmente conocido por albergar el Banco Mundial de Semillas que contiene cientos de miles de granos pertenecientes a plantas de todo el planeta. La intención de este depósito es salvar la biodiversidad de los cultivos de posibles catástrofes mundiales.

El Banco Mundial de Semillas ubicado en el archipiélago Svalbard, Noruega busca resguardar a cientos de miles de cultivos de una catástrofe mundial.

Los noruegos son los que menor actitud hostil ha tenido contra las otras naciones. Incluso firmó un acuerdo con Rusia sobre los límites geográficos del mar de Barents, lo que significó el fin de un conflicto diplomático que duró varias décadas.

China también es parte de este conflicto, pese a que sus costas están a más de 900 millas del Ártico, debido a que también ha mostrado su interés en esa zona. El gigante asiático es uno de los principales exportadores del mundo y tiene intenciones de ejercer su influencia en esta nueva ruta comercial. Los chinos tienen un rompehielos y le han comprado a los rusos varias licencias para poder explotar petróleo.

Putin considera al régimen de Xi Jinping como el socio perfecto para desarrollar la infraestructura y la tecnología necesaria para poder extraer a gran escala los recursos naturales del Ártico. En Moscú son conscientes que para realizar inversiones de magnitud van a necesitar un aliado con la capacidad económica de Beijing.

En diciembre de 2017, el gobierno de la Federación Rusa le propuso a la República Popular China a unir la Ruta de la Seda con la del Ártico y formar la Ruta Polar de la Seda. Esta sociedad le genera beneficios a ambos porque Putin se aseguró un compañero de peso para controlar la región mientras que los chinos se aseguran que sus mercaderías lleguen más rápido a Europa ahorrando en los costos de logística y distribución.

Putin y Xi Jinping fueron artífices de una sociedad que beneficia a Rusia en su interés por ejercer su soberanía en el Ártico y a China en aumentar su nivel de intercambio comercial con Europa.

Por su parte, hay que considerar las acciones realizada por la ONG ambientalista Greenpeace que si bien son simbólicas tiene una gran cantidad de adherentes a nivel mundial lo que conlleva a que un número importante de funcionarios de los gobiernos de las democracias occidentales este en contra de la explotación de los recursos naturales del Ártico.

El correr del tiempo, el avance del deshielo y el desarrollo tecnológico determinarán a que están dispuestos los principales protagonistas de esta historia para defender sus intereses en el Ártico y si están preparados para una guerra a gran escala que puede traer consecuencias devastadoras a nivel mundial.

 

 

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