El 19 de junio de 2016, el Movimiento Rojinegro Querido fue la fuerza más votada por casi 10.000 socios leprosos que se acercaron al Coloso a emitir su voto. Con el 29% de los sufragios, Eduardo Bermúez, acompañado de Cristian D’Amico y Juan Matías como vices, fue elegido como presidente de la institución, que venía golpeada tanto económica como futbolísticamente. A partir de ese momento, la comisión directiva que fue orquestada por Claudio Tiki Martínez comenzó a tomar las decisiones en la vida del club.
Solamente unos meses después de la asunción, la flamante Comisión Directiva tuvo su primer revés siendo oficialismo, cuando una importante deuda con los empleados del club, que generó un paro entre los mismos, obligó a los jugadores a entrenar con ropa personal, y no con la indumentaria oficial. El presente deportivo no iba bien, y esto agrandaba aún más las complicaciones que padecía la entidad.
Rápidamente Eduardo Bermúdez pasó a a las sombras, sin tener injerencia en las tomas de decisiones en el plano futbolístico, y con una relación quebrada con quienes eran sus vicepresidentes. De a poco, Cristian D’Amico comenzó a ser el presidente tácito de Newell’s, y la mayoría de las determinaciones eran tomadas tanto por él como por sus dirigentes más adeptos.
Con una gran deuda heredada desde la época de Eduardo López, desde un primer momento el aspecto más negativo que mostró el Movimiento Rojinegro Querido fue el futbolístico, sobretodo por los nombres escogidos para llegar al club. En ese sentido, en el primer mercado de pases después de las elecciones, a la Lepra llegaron jugadores como Joel Amoroso, Germán Voboril o Juan Ignacio Sills, que terminaron decepcionando al público rojinegro.
A pesar de que el Rojinegro estaba hundido en la tabla de los promedios y coqueteaba con la lucha del descenso, Diego Osella supo enderezar el rumbo del barco y llevar al club a zona de clasificación a copas internacionales, dejando a los fantasmas de la B atrás. Sin embargo, por diferencias con la comisión, el oriundo de Acebal dejó su cargo como entrenador, y Juan Manuel Llop fue escogido como su sucesor.
En agosto de 2017, solamente un año después de las elecciones, se produjo el primer simbronazo deportivo para el oficialismo. Uno de los máximos ídolos contemporáneos de la institución decidía irse, en medio de problemas internos entre el plantel y la comisión. En el mismo mercado de pases en que Maximiliano Rodríguez era presentado como refuerzo de Peñarol, Newell’s anunciaba con bombos y platillos la contratación de Brian Sarmiento.
En esa misma ventana, la Lepra anunció como refuerzos a Mauro Guevgeozián, Bruno Bianchi, Nery Leyes, Daniel Opazo, Nelson Ibañez, Luis Leal y Danilo Ortíz. Sin embargo, este último correría la misma suerte que, tiempo antes, había pasado Giovanni Zarfino. Ambos jugadores fueron presentados como refuerzos a través de las redes sociales del club antes de estampar la firma en el contrato, y los dos pases terminaron cayéndose por inconvenientes económicos.
Luego de las fallidas contrataciones de futbolístas como Teodoro Paredes, Iván Piris, Alfio Oviedo y Lisandro Alzugaray, Cristian D’Amico decidió crear el puesto de Secreataría Deportiva, y nombró a Sebastián Peratta como la persona a ocupar el cargo. Sin embargo, el primer mercado de pases del Flaco como ojeador no fue el mejor, ya que llegaron al club Emanuel Biancucchi, Ribaír Rodríguez y Cristian Insaurralde.
La repatración de jugadores como Ignacio Scocco, Maxi Rodríguez, Fernando Belluschi o Pablo Pérez no fue suficiente como para cambiar el rumbo futbolístico del club, que se acostumbró a merodear la parte baja de la tabla y que solamente consiguió dos clasificaciones internacionales en los últimos 7 años. Para colmo, las dos veces que disputó la Copa Sudamericana en ese lapso, quedó eliminado en la primera ronda: en mayo de 2018 quedó afuera a manos de Atlético Paranaense, mientras que en el corriente año no pudo superar la fase de grupo que compartía con Libertad, Atlético Goianiense y Palestino.
La elección de los entrenadores tampoco fue la acertada, y en la mayoría de los casos terminó siendo un rotundo fracaso. Luego de que Diego Osella manifieste públicamente su malestar con la comisión, por Newell’s pasaron ocho directores técnicos. Con interinatos de Juan Vojvoda y Fabián Garfagnoli, fueron elegidos como cabeza de grupo Juan Manuel Llop, Omar De Felippe, Hector Bidoglio, Frank Darío Kudelka, Germán Burgos y Fernando Gamboa.
Además, otra de las deudas de la actual dirigencia se puede ver en los resultados de los clásicos frente a Rosario Central. En los duelos directos frente al Canalla, desde agosto del 2016 se disputaron ocho derbys, en los que la Lepra solamente consiguió la victoria en uno, mientras cuatro terminaron en empate y tres se inclinaron para el conjunto de Arroyito, entre los que se incluyen el partido por Copa Argentina donde quedó eliminado de la competencia.
La dirigencia leprosa anunció efusivamente la salida de la deuda que tenía Newell’s desde el mandato de Eduardo López, que obligaba a que las decisiones tengan que tener la autorización del Juez Fabián Bellizia. Sin embargo, y a pesar de que no haya números oficiales, se habla de que el club ahora tiene una deficit post concursal de aproximadamente 12 millones de dólares.
Por otro lado, días después de haberse realizado la asamblea protocolar en la previa de los comicios, Cristian D’Amico fue fotografiado dentro de las instalaciones del Coloso del Parque con un grupo de barrabravas del club. A los pocos días de haberse viralizado las imágenes del vicepresidente leproso con el líder del paravalancha, el comercio que tiene el dirigente amaneció vandalizado, con pintadas haciendo referencia a lo sucedido.
Finalmente, Ignacio Astore fue elegido por los socios leprosos como el próximo presidente de la institución con un amplio margen, dándole una paliza al oficialismo al que los hinchas le dieron la espalda en las urnas.
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