Las bases de la construcción política en la provincia son los 365 municipios y comunas que la conforman. Todos los sectores saben de la importancia de tener territorio y, en los años electorales, se acuerdan de los dirigentes locales que les facilitan el acceso a las instituciones de la sociedad civil, los medios y el armado electoral. El peronismo, Juntos por el Cambio y el Frente Progresista buscan que el 2022 sea un año de gestión, sin tanta política, para posicionarse hacia los próximos comicios.
Los gobiernos de cercanía son los que tienen el contacto directo con la ciudadanía, el tacto sobre el humor social y, en mayor medida, los que resuelven los problemas cotidianos. El provincial, de la mano de Omar Perotti, busca replicar el modelo de construcción de Hacemos Santa Fe en el sur del año pasado, en el centro norte de la bota santafesina.
La semana pasada anticipábamos esto y en estos días comenzó a trabajar el grupo destinado a recorrer las localidades más importantes para escuchar necesidades y proponer alternativas. Un feed back entre los locales y el gobierno central, lo que le trajo buenos dividendos al peronismo en los departamentos cercanos a Rosario. En ese sentido, hubo un encuentro de figuras armadoras de Hacemos Santa Fe de Rosario, Santa Fe y Rafaela para comenzar a delinear las tareas finas.
Además, en el marco de la discusión presupuestaria, el gobernador se reunió con intendentes del área metropolitana de Rosario –estuvieron Pablo Javkin, Alberto Ricci, de Villa Gobernador Gálvez, Adrián Maglia, de Granadero Baigorria, y Pablo Corsalini, de Pérez- en conjunto con la ministra de Gobierno Celia Arena y el ministro de Seguridad Jorge Lagna. Ese acercamiento tiene que ver con el acuerdo por el Presupuesto, pero también con una idea de acercamiento de la Casa Gris al territorio con políticas concretas. Se anunciaron fondos para seguridad en esas localidades y hubo una foto de todos juntos.
En ese cambio de rumbo para este año, Perotti buscó un relanzamiento del Boleto Educativo Gratuito (BEG) con la vuelta a clases de los chicos, sumado al inicio de la presencialidad absoluta en las universidades públicas y privadas. Será el primer año de real impacto del BEG y la idea del equipo de trabajo es tener un año de logros concretos para engrosar la imagen positiva y el conocimiento de los alfiles del gobernador. Las épocas de rencillas internas quedaron en el pasado, al menos para él, aunque muchos heridos aún no quieren olvidar.
Un sector del PRO buscó aglutinar a concejales y dirigentes políticos locales en la ciudad de Esperanza esta semana. En la disputa interna de Juntos por el Cambio hay un claro posicionamiento: candidatos vs estructuras. Federico Angelini es el vicepresidente del PRO a nivel nacional y maneja el sello provincial con Cristian Cunha. Además, muestra fortaleza territorial y quiere mostrar su peso a través de fotos colectivas.
Lo mismo sucede con Maximiliano Pullaro, que a través de Felipe Michlig en el norte, y otros dirigentes en el sur, cuenta con un armado por lo bajo que no es nada despreciable. Inclusive, con la figura de Carlos Fascendini, controla el sello del Comité Provincial de la UCR.
El otro sector que viene disputando poder y que supo conducir las últimas elecciones tras el triunfo de Carolina Losada, cuenta con candidatos firmes y con nivel de conocimiento. Julián Galdeano tiene territorio, cuenta con el apoyo histórico del radical Santiago Mascheroni en el centro norte, y además juntó a Anita Martínez y otros candidatos PRO que se alejaron de la estructura.
También está haciendo el recorrido por lo bajo, como muchos, aunque su fortaleza está en la senadora nacional y en su compañero de fórmula, Dionisio Scarpín. Ninguno de ellos tiene el control sobre la formalidad de los partidos, por lo cual van a tener que negociar ambos espacios las probables candidaturas hacia el 2023. No por eso llegará debilitado, sino todo lo contrario.
El socialismo, en su afán de sostener al Frente Progresista con una llama de esperanza, logró poner un freno al avance del presupuesto provincial con la presión de los gobiernos locales de su color político. Emilio Jatón, Pablo Javkin –aunque esté cada vez más cercano a JxC sigue siendo de las filas-, y Alberto Ricci son los intendentes de Santa Fe, Rosario y Villa Gobernador Gálvez, las tres localidades más grandes de la provincia y ganaron sus elecciones en el 2019 en las filas progresistas.
Como contábamos más arriba, el gobierno provincial mostró señales de acercamiento con las gestiones locales y eso fue tomado como un gesto positivo para que el próximo jueves se apruebe el presupuesto provincial.
Presupuesto inocuo
Se dilató tanto la discusión que ahora el oficialismo y la oposición no quieren dar el brazo a torcer en la retórica discursiva. Todos saben que se necesita el texto formal para la búsqueda de créditos–no es lo mismo el scoring para los bancos y organismos internacionales si hay acuerdo legislativo que si no lo hay-, y por otro lado el Frente Progresista necesitaba mostrar capacidad de respuesta a sus dirigentes locales que reclamaban mayor participación de la provincia en sus ciudades o municipios.
Con el gesto de Perotti de reunirse con intendentes del sur, de los cuales la mayoría no son del peronismo, y la idea de replicarlo en el centro norte, además de mostrar voluntad de pago sobre los gastos corrientes de Obras Menores adeudados, generan un escenario de acuerdo para que en la próxima sesión haya aprobación del presupuesto.
Inclusive, hay convocada una reunión este lunes desde el gobierno, con la representación de Arena, Walter Agosto, ministro de Economía, y el ministro de Gestión Pública Marcos Corach, con las comisiones de Constitucionales y de Presupuesto de la Cámara de Diputados. Se entiende que es para afinar el lápiz antes de darle corrida en la Legislatura al proyecto.
Además, de llegar a buen puerto el acuerdo el jueves, el gobierno provincial tendrá acceso a créditos internacionales, ya que está prevista una toma de deuda para refinanciar una acreencia que viene de la anterior gestión de Miguel Lifschitz, sobre la cual se vence este mes de marzo la primera cuota. Esto alivianaría las cuentas a corto plazo para Santa Fe, y le permite destinar más partidas para la gestión y avanzar este año con obras postergadas, destinar más recursos a la ayuda social y tener margen para las demandas de emergencia.
Por su parte, los municipios y comunas no se van a ir con las manos vacías. Firmarán convenios con ellos desde la Casa Gris para tener un compromiso por escrito de entrega de fondos y que no sea solo de palabra. Eso también hizo que haya un nivel de credibilidad alta. Claramente, desde el gobierno provincial modificaron la estrategia de negociación desde la llegada de Arena a la cartera de gobierno.
El antecedente cercano de un gobierno provincial con presupuesto reconducido es el de Antonio Bonfatti en el 2013, cuando la Legislatura rechazó el texto. Ahora hay una oportunidad de no repetir lo de hace 9 años y todos los caminos conducen a que, de no haber entredichos en el medio, pronto será cosa del pasado esta disputa que no dejará ni vencedores ni vencidos.
El culebrón docente
Por undécimo año consecutivo los docentes comenzaron con un paro el ciclo lectivo y esto trae malestar en la comunidad educativa, pero también en el gobierno. Tras ofrecer 41,7 por ciento de aumento en 4 tramos, con revisión en septiembre, los gremios rechazaron y pararon 48 horas la semana pasada, y repetirán con otros dos días esta semana.
Otros gremios estatales, y todos los privados, junto a las patronales, encuentran otras salidas antes de llegar al límite del cese de tareas. Sin embargo, la cultura docente ha transformado el paro en una mística propia, cuando los perjudicados, en definitiva, no es la patronal sino los chicos y las familias.
Más allá de lo que puede sonar como una crítica a los gremios, poco hacen los dirigentes para modificar esta situación. Si las negociaciones arrancan a menos de una semana del inicio de clases, es poco probable que se llegue a un acuerdo. Allí también reinan las excusas: que la paritaria nacional no nos permitía negociar antes, que las vacaciones en enero, que en febrero hay mesas técnicas previas a la oferta salarial, que no sé qué más. Pero siempre, siempre, se juega con la ilusión de los chicos y con la necesidad de las familias para negociar lo que les corresponde a los docentes, que nunca será suficiente en relación a la tarea social que realizan.
Hubo reunión paritaria el viernes, pero sin oferta salarial. Ahora se juntan de nuevo el lunes con la intención de frenar la medida de fuerza para esta semana, aunque ya es tarde y los sindicatos ratificaron que martes y miércoles paran. Se suma, además, que el martes 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y todas las docentes se sumarán a una jornada de lucha y habrá, por más que se levante la decisión, ausencia de mujeres, que son la mayoría, en las escuelas por más de que se haya levantado la huelga.
Tal vez, en alguna ocasión, encontremos alguna metodología de discusión que no ponga en jaque el inicio de clases, que los docentes obtengan la remuneración más justa y que los dirigentes puedan evitar los paros. Pero lo cierto es que este año sólo 4 provincias no iniciaron el ciclo lectivo, y una fue Santa Fe.
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